No hubo grandes figuras. Fue suficiente el gol de Martínez para superar los 32avos de final de la Copa Argentina y pasar a otro tema. Montero puso a varios pibes y algunos se lucieron más que otros frente a un equipo del ascenso que puso las cosas más complicadas de lo esperado.

Ledesma: Seguro en sus participaciones. Algunas veces se apresuró con el saque.

Salazar: Sin problemas en la marca, hizo diferencia siempre con su velocidad. De todos modos, casi no se proyectó al ataque.

Leguizamón: Se equivocó en una entrega en el fondo y casi le regala una chance a Cañuelas. Impuso personalidad y ganó en cada participación.  

Alfani: Arriesgó innecesariamente en alguna salida desde el fondo. Estuvo atento en la marca, y no perdió en el mano a mano.

Rizzi: Correcto en la marca, canceló su sector. Buscó asociarse con Rivas por la banda, pero se proyectó muy poco.

Lovera: Falló un mano a mano en el arranque. Complicó por derecha cada vez que se lo propuso. Muy participativo, fue el más golpeado por los rivales.

Martínez: Preciso remate desde fuera del área para abrir el partido. Más allá de su habitual lentitud, se lo vio preciso en la distribución.

Mansilla: Bien a la hora de presionar sobre los volantes rivales. Simple para distribuir. Un zurdazo suyo, desde fuera del área, exigió al arquero rival.

Rivas: Demasiado atado al carril izquierdo, se lo notó incómodo.

Bordagaray: Se perdió una situación muy clara en el complemento. Obligó en ataque, pero ganó en contadas ocasiones.

Teo: Buena asistencia para Lovera en el primer tiempo, y para Martínez, en el segundo. Se mostró mucho, lo buscaron muy poco.

Ingresaron luego:

Camacho: Le dio vitalidad ofensiva al equipo. Aunque con su habitual desorden, generó situaciones

Ferrari: Con oficio y personalidad, fue marca y salida por su sector. Buena tarea.

Musto: Marcó presencia. Desde su inclusión, el equipo manejó mejor la zona media.