Se veía venir. La decisión de abrir las entidades bancarias exclusivamente para el cobro de jubilaciones, pensiones y beneficiarios de las diversas prestaciones, como la Asignación Universal por Embarazo,  y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de Anses, generaba en la previa dudas sobre el cumplimiento de las medidas básicas de prevención. Finalmente, la mañana se volvió un caos en algunas sucursales bancarias donde el aglomeramiento ganó la calle, y se rompió todo distanciamiento.

Intransitable. Esa era la postal en la puerta del banco Supervielle y el Piano, donde habitualmente las colas son extensas, pero más aún este viernes con el nerviosismo de fondo por el coronavirus. Tres cuadras de cola por calles Santa Fe, San Lorenbzo, Mitre y el resto de la city. Por momentos hubo desbordes, generalmente por personas que rompían el distanciamiento dispuesto, para consultar, o, incluso, colarse. 

La aglomeración se volvió inevitable, más allá de que las acciones previas de la Municipalidad, como señalizar los lugares en la cola, estaban siendo respetados. Pero cerca del horario de apertura todo se desmadró. Se acercó muchos beneficiarios  a cobrar que no le correspondía en esta fecha.

Así lo afirmó la secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayru. El personal del área no dio a basto por eso se pidió asistencia a la policía para ordenar. "Nos está excediendo la situación", se sinceró la secretaria ante los medios.

Apenas un día atrás, el propio intendente de Rosario, Pablo Javkin, advirtió en Sí 98.9, había advertido: "Que nadie crea que hay chances de relajarnos". Un día después, la disposición del Banco Central de que las sucursales abran para esos casos puntuales, sobre pasó la operatividad municipal.