Otra vez un centro de salud barrial deja de atender porque sus trabajadores son blanco de la violencia urbana. Este miércoles, el efector del barrio 7 de Setiembre, dependiente del Ministerio de Salud de la provincia, amaneció cerrado por decisión del personal, a raíz de una agresión física contra dos enfermeros que protagonizó una vecina, furiosa al enterarse de que se habían terminado provisoriamente las dosis de vacuna contra la gripe A.

 

El coordinador de Salud del nodo Noroeste en Rosario, Alejandro Azar, contó a Rosarioplus.com que dos enfermeros fueron golpeados el martes, y un tercero estuvo a punto de ser agredido, por una señora que exigía que su hija de nueve años fuera vacunada. Los enfermeros le explicaron que en ese momento no había dosis para vacunarla, pero intentaron tranquilizar a la mujer al señalarle que la niña "no forma parte de los grupos de riesgo” que sí deben vacunarse con prioridad.

Este miércoles amaneció con un cartel en la puerta del efector que reza: “Centro de salud cerrado hasta nuevo aviso”. La decisión fue tomada por autoridades del nodo noroeste y UPCN, el gremio que nuclea a los enfermeros de los empleados de la salud.

El coordinador de salud explicó que “si bien los centros de salud suelen tener situaciones de tensión todos los días, casi no suele haber pasajes al acto como éste”, por lo que manifestó su enojo y tristeza porque “no había justificación alguna para la agresión a empleados de la salud pública”.

La agresión contra el personal de efectores de la salud pública tiene varios antecedentes. El último que se registró en la ciudad y que mereció también el cierre provisorio del lugar, fue el caso del centro de salud Ernesto Che Guevara, de barrio Godoy. Un joven con problemas de adicción a drogas atacó en febrero pasado a una trabajadora social. Como consecuencia, el personal dejó de atender hasta que se les garantizó una custodia policial. 

Stock de vacunas

Azar reveló que la provisión de vacuna contra la gripe A sufre interrupciones momentáneas, faltas provisorias tanto en lugares públicos como privados, porque “no necesariamente se están vacunando los que lo necesitan”. De esta forma analizó que “muchos médicos están haciendo órdenes por presión de los ciudadanos” que tienen miedo a contraer la gripe del virus H1N1.

De esta forma las dosis previstas para los grupos de riesgo de esta enfermedad que llegaron desde el Ministerio de Salud de la Nación “se están ocupando en gente que no necesita”. Azar recordó que los considerados grupos de riesgo para la vacunación, y que por ende no necesitan prescripción médica son menores de dos años, mayores de 65, embarazadas, ó personas inmunodeprimidas.