La artista Ýrúrarí Jóhannsdóttir es de Islandia, tiene 27 años y decidió llevar la función de los barbijos un paso más allá. Para hacer respetar el distanciamiento social, está produciendo mascarillas con lenguas en 3D en serie, entre ellas un modelo similar a un pasamontañas del que salen largas lenguas que se curvan. Otro es una boca roja enorme con ortodoncia incluida, además de espacios entre los dientes, que va de oreja a oreja.

De esta manera la diseñadora busca que estas mascarillas que parecen sacadas de una película de terror nos protejan de dos maneras: no solo evitan que transmitas el virus, sino que también espanta a los demás y asegura el adecuado distanciamiento social.