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Ariel Máximo Cantero volvió este viernes a Tribunales, para comparecer de nuevo -y en forma ampliada- ante la jueza de instrucción Alejandra Rodenas. Pero no dijo nada nuevo, según trascendió en los pasillos del primer piso que esta vez lucieron en ebullición de periodistas por el calibre del visitante esposado.

El hombre volvió a negar que sea ni el fundador ni el jefe de la banda Los Monos, y reiteró que vive de la cría y venta de caballos y cerdos. Dijo lo mismo que en mayo pasado, cuando la policía lo apresó de casualidad en Centeno y Ameghino, mientras viajaba en un carro de ciruja conducido por un niño.

Sin embargo, la jueza Alejandra Rodenas le dictó una nueva imputación. “Por haber formado parte, como jefe u organizador, de una asociación de tres o más personas, destinada a la comisión de delitos indeterminados de tenencia y portación de armas, homicidios, lesiones, extorsiones, amenazas, daños, cohechos, encubrimiento, tráfico de estupefacientes, en una asociación con organización interna y funciones definidas", así se describió la nueva figura.

Uno de sus abogados, Carlos Varela, desestimó la ampliación de la indagatoria. "La declaración no ameritaba ni se fundaba en ninguna prueba que fuera con posterioridad a la declaración anterior, con lo cual era una mera corrección del Ministerio Público Fiscal. Lo que vamos a solicitar es que algunos testigos que fueron utilizados para definir la declaración anterior, hagan de nuevo esa declaración para que la jueza tenga la inmediatez que requiere una evaluación correcta. Porque todas esas declaraciones fueron realizadas ante el juez anterior, Juan Carlos Vienna, y sin el control de los abogados defensores".

Igual la jueza sostuvo el pedido de los fiscales Carlos Covani y Gonzalo Fernández Bussy de mantener la imputación de Cantero como "jefe u organizador” de asociación ilícita, tal como se denomina al clan en el expediente que iniciara en 2012 el polémico juez Juan Carlos Vienna.

Cantero es el padre de Ariel “Guille”, que está preso en el mismo lugar que él, el penal de Piñero, y de Claudio “Pájaro”, asesinado el 26 de mayo de 2013, en la puerta de la disco Infinity Night, en Villa Gobernador Gálvez. Desde allí se desató una seguidilla de crímenes, todos atribuidos a la venganza familiar por la muerte de aquel. Desde aquel día, Cantero se había mantenido prófugo, igual que su hijo adoptivo, Ramón Machuca, quien sigue en esa condición.

"Lo que se analizó fueron algunas declaraciones que existían en el expediente, que se hacía referencia a Ariel Máximo Cantero y se le atribuía un rol de co-comandancia de la asociación ilícita, es decir, un rol de igualdad con sus hijos y en algún momento de organizador", había dicho Covani. Pero Cantero hoy se mantuvo en sus dichos y rechazó los cargos porque, entre otras cosas, aseguró que hace diez años que no habla con sus familiares del barrio La Granada.

Pasado el mediodía, Cantero regresó al subsuelo de Tribunales, escoltado por varios policías con armas largas y rostro encapuchado. Lo llevaron de regreso a Piñero.