"Unos festejan sus millones, otros la camisita limpia. Y hay quien no sabe qué es brindar", dijo alguna vez Silvio Rodríguez desde su "Canción de Navidad", dibujando postales de un mundo siempre desigual, pero todavía más injusto cuando se acercan las Fiestas. Y aunque el cantautor cubano no estuvo en Villa La Cariñosa, en el sudoeste rosarino, bien podría haberle dedicado aquellas estrofas. Allí, en uno de los centros comunitarios que funciona en el barrio, los vecinos compartieron su brindis con Sí 98.9.

Jorge Araujo, que tiene 43 años y vive en el barrio desde los tres, contó: “Vamos a pasar este 24 a la noche como podamos. Y con la cabeza en la orden de desalojo”. Sobre las más de 300 familias que viven en este predio hace décadas, cabe recordar, pesa una orden judicial que los podría hacer perder sus casas. 

En La Cariñosa, los vecinos enfrentan las carencias con mucha organización. “Tenemos tres comedores, que dan copa de leche y que hoy nos juntamos para ayudar un poquito a la Navidad. Vamos a dar unos budines y pan dulces que nos entregó el Distrito Sudoeste de la Municipalidad y estamos haciendo una olla, para que a nadie le falte la comida esta noche”, explicó Jorge. También se repartieron algunos juguetes, que llegaron como donación. Y buscarán repetir la experiencia para la celebración de los Reyes Magos.

Sobre la continuidad del conflicto por el desalojo, Araujo señaló: “El 15 de febrero, tenemos que presentar un plan a la Justicia diciendo por qué nos queremos quedar en estas tierras. El supuesto dueño compró el terreno en el que vivimos en un remate en Buenos Aires. Y se pensó que nosotros íbamos a ser como Guernika. Pero no somos un asentamiento irregular sin historia, somos un barrio popular que lleva cuarenta años acá”.

La Cariñosa resiste. El barrio se apoya en sus comedores, “Los Pulgarcitos”, “Los Peques” y “Mi refugio”. Sus calles están repletas de historias mínimas, de esas que florecen cada día en una Rosario atormentada por balaceras y resonantes casos policiales. Porque a pesar de todo, son muchísimos los que que en medio de las dificultades se las rebuscan para ganarse un mango. Los barrios son un fiel ejemplo. Y en esta Navidad, levantarán sus copas deseando un futuro mejor.