Vecinos del centro denuncian falta de agua debido al avance de edificios
La falta de agua se volvió una constante para varios vecinos del centro de Rosario, particularmente en la zona de calle Zeballos llegando a Oroño. Según denuncian, la proliferación de edificios en altura está generando una pérdida sistemática de presión en la red, lo que afecta sobre todo a quienes viven en casas. “No es que tenemos baja presión o que a veces no hay. Es una constante que se profundiza cada día más”, expresó una vecina de la zona.
La situación no solo impacta en la vida cotidiana, sino que evidencia un problema estructural de planificación urbana. Las cisternas de los edificios nuevos absorben toda la presión disponible, mientras que las casas –sin bombas o tanques de gran capacidad– quedan completamente desabastecidas. “El problema es la falta de presión que afecta primero a las casas, mientras que las cisternas de los edificios que te rodean se chupan todo el agua”, explicó otro frentista.
A pesar de los reclamos, desde Aguas Santafesinas la respuesta no es inmediata. “Hacés un reclamo y te dicen que la cuadrilla tarda al menos 72 horas. Y cuando vienen, no tienen respuesta. Como además sos el único vecino al que le pasa, no te prestan atención”, denunció un residente de Zeballos al 1800. La falta de soluciones concretas genera enojo y frustración entre los vecinos que conviven con la problemática desde hace meses.
En algunos casos, las familias estuvieron todo el día sin agua, sin que ninguna autoridad municipal o provincial se acercara a ofrecer asistencia. “Hace una semana llamé a Aguas, me dijeron que tenían tres reclamos más de vecinos de la zona, todos por calle Zeballos llegando a Oroño. Pero que no sabían cuándo podía venir la cuadrilla. Hoy estuvimos sin agua todo el día”, relató una vecina, visiblemente indignada.
Además del impacto directo en la higiene y la vida diaria, hay malestar por el costo del servicio. “Es ridículo que uno viviendo en una casa en pleno centro no tenga un servicio básico como el agua, por el que además te cobran más que en cualquier zona”, agregó una mujer que vive en el barrio desde hace más de 20 años. Asegura que nunca vivió una situación similar y que el deterioro comenzó con la construcción intensiva de torres en los alrededores.
La falta de obras de refuerzo en la red hídrica y la ausencia de una regulación efectiva sobre el impacto de las nuevas construcciones están en el centro del conflicto. Los vecinos reclaman medidas urgentes que contemplen la convivencia entre los distintos formatos de vivienda y garanticen el acceso equitativo a un servicio esencial como el agua potable.
Por ahora, la única certeza para quienes viven en casas del centro rosarino es la incertidumbre. “No sabemos si mañana vamos a tener agua o no. Y lo peor es que nadie se hace cargo”, concluyó una vecina, mientras se preparaba un bolso para ir a la casa de un familiar para poder bañarse.