El cartel volumétrico de Rosario, que se encuentra emplazado en el parque de las Colectividades desde el 25 de febrero pasado, fue vandalizado en los últimos días.

Las letras corpóreas, que se transformaron en un nuevo ícono y atractivo de la ciudad, fueron prendidas fuego por un desconocido.

Por el momento no se sabe si fue un mero acto de vandalismo o si el objetivo era levantar la temperatura ante la llegada de los primeros fríos.

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Las letras fueron una donación de la empresa rosarina Miriani Maquinados, en trabajo conjunto con la Municipalidad de Rosario, a través de la Subsecretaría de Turismo.

Detrás de este obsequio que la empresa de la familia Miriani hizo a su ciudad hay una larga historia de crecimiento y apuesta a trabajar desde lo local. Cabe destacar que Miriani Maquinados no se dedica a realizar este tipo de obras pero lo hizo en exclusiva como un regalo para la ciudad de sus fundadores.

La empresa tiene un recorrido que cuenta con 50 años de historia. Ricardo Antonio Miriani y su esposa Virginia Sapera fundaron la empresa a principios de los años 70, cuando Ricardo decidió dejar de trabajar en relación de dependencia y fundar su propio emprendimiento.

Comenzó en una pequeña habitación de la casa de sus padres, en barrio Alberdi, y su primer trabajo fue soldar una silla de un vecino. Poco a poco se fue dedicando a hacer mantenimientos y soldaduras. En el año 1995 Sebastián, el único hijo del matrimonio, terminó su carrera de Robótica y le dio una nueva impronta a la empresa familiar.

Fue allí cuando comenzaron a producir piezas en serie para maquinarias agrícolas, y el galpón les fue quedando chico, por lo que se mudaron a un recinto más grande en Granadero Baigorria, con la idea de seguir estando cerca de la zona norte de Rosario, donde se fundó la fábrica.

Sebastián Miriani fue quien junto al equipo de la Subsecretaría de Turismo trabajó en la idea de concretar esta producción que quedará para siempre en Rosario.

Contó que las letras fueron fabricadas en acero de 3 mm. de un material resistente para que perdure en el tiempo, y cada una tiene dos metros de alto, mientras que todas juntas miden 12 metros de largo. La obra llevó un trabajo de aproximadamente 40 días.