Un centro de día para niños y adolescentes con discapacidad, en la ciudad de Pueblo Esther, despidió a una psicóloga que acababa de contratar, inmediatamente después de que ella avisara a sus empleadores que estaba por casarse con su pareja mujer. La joven profesional se había incorporado hacía apenas una semanas y había renunciado a su empleo anterior ante esta mejor oferta horaria y salarial que le habían propuesto en esa institución privada. 

Paola S. tiene 35 años y es psicóloga (matrícula 6230) por la Universidad Nacional de Rosario (UNR). El lunes 9 de septiembre fue a trabajar al centro de día Granja Soles, una institución especializada en el trabajo con chicos con discapacidad. Pero tras enterarse desde el establecimiento que se casaría con su pareja mujer, le informaron que estaba despedida por "algunos cambios que a la institución le cayeron como un balde de agua fría". 

En diálogo con Rosarioplus.com Paola contó los detalles de lo que fue, según sus palabras, "una situación horrible y difícil de entender". Como psicóloga su tarea era la de "orientadora de sala". Junto a otra profesional, coordinaba el trabajo de quince personas que atienden a los chicos con discapacidad y así lo hizo hasta ese lunes. No era una tarea nueva para ella, ya que se trataba de la misma actividad que llevaba adelante en la otra institución hacía un año y medio, y a la que renunció para incorporarse a Granja Soles ante una mejor oferta horaria y salarial.

"Yo trabajé durante un año y medio en un centro de día en zona sur. Me llegó una búsqueda laboral para hacer una tarea similar en otro centro de día en donde me ofrecían más horas y or lo tanto un sueldo mayor. Me postulé y tras una entrevista y una jornada de prueba, a las semanas me llamaron", detalló la licenciada.

El centro del día al que se incorporó el lunes 2 de septiembre es Granja Soles, en el establecimiento situado en Pueblo Esther. "Allí, faltando apenas quince días para casarme informo esto, planteando claro que era algo estipulado de antemano, con un turno ya pedido. Hasta ahí no hubo problemas y la reacción de la directora fue normal, nada que levante suspicacias", detalló. 

El problema se presentó el lunes 9, cuando tuvo que llenar unas planillas en las que especificó que su pareja era una mujer. "Me hacen llenar una planillas, en la que entre otros datos me solicitaban un número de teléfono ante una eventual emergencia y el nombre de familiar a cargo. Yo en ambos espacios pongo a mi pareja, ya que entiendo que si nos vamos a casar nos asisten los mismos derechos, entre ellos el de si enferma quedarme a cuidarla, por ejemplo", explicó.

Ese mismo día, y faltando apenas media hora para que termine su jornada de trabajo, una compañera se acerca y le dice que la llaman desde dirección. "Cuando entré me di cuenta que el clima era tenso. Estaba la directora y también otra mujer que entiendo que es la socia gerenta del espacio. Allí empieza a hablar esta segunda y me dicen que 'hubo una serie de cambios inesperados' que a ellas les habían caído como un balde de agua fría y que me iban a echar", contó. 

"Esta mujer dijo que no se debía a mi desempeño ni nada que haya hecho. Sólo que había una serie de cambios estructurales y que me sacaban a mí porque era la última que había entrado. La directora presente solo sumó que al día siguiente me llegaría el telegrama", continuó. 

"Yo quedé en shock, no podía entender lo que pasaba, pensé que se trataba de una broma, estaba muy nerviosa y sólo les dije que lo que estaban haciendo era ilegal. Así en shock como estaba me fui, agarré mis cosas y salí llorando de la institución", explicó.

"Jamás me habían echado de ningún lado, nunca tuve siquiera un apercibimiento. Una quiere ejercer su derecho, con una ley que nos ampara, pero resulta que en lo real te despiden cuando visibilizas esto. Es como decimos desde los distintos grupos de minorías, 'lo que no se nombra no existe', yo elegí decirlo y me echaron", lamentó. 

En la página web de la institución afirman que "el objetivo principal de los diferentes espacios es facilitar la participación e inclusión en la sociedad de las personas con discapacidad", algo que al parecer no aplica para su equipo de profesionales. En relación a esto Paola afirmó que "justamente la situación se agrava si pensamos que es una institución que trata con chicos con discapacidad en donde la inclusión y la aceptación de la diversidad, cualquiera sea, debe ser un valor rector para la práctica".