La explanada del Monumento a la Bandera se cubrió este miércoles de bronca y hastío por el flagelo de los últimos tiempos que se añade al de la criminal violencia urbana: el humo, como consecuencia del ecocidio que tiene lugar con toda furia desde hace un par de años en el delta del Paraná. Una asamblea popular, al calor de esta convocatoria heterogénea y multisectorial, aprobó un plan de lucha que empezará este sábado con un piquete que interrumpirá el tránsito vehicular en el enlace vial con Victoria.

Y como paradoja –que para los manifestantes fue toda una provocación– sobre el horizonte islero alguien prendió fuego minutos antes del acto a pocos kilómetros de la costa hacia el este, por lo que el telón de fondo de la protesta fueron las llamaradas sobre el pastizal lejano y el espeso humo gris que ascendía y no avanzaba hacia Rosario solo porque el viento en ese momento soplaba hacia el sur. 

Para entonces, el gobierno provincial difundió una imagen del sistema de monitoreo en el que mostraba una vasta profusión de focos ígneos frente a la ciudad, y un nuevo mucho más cerca, divisable a la perfección desde el Monumento a la Bandera.

Una multitud repudió la quema del humedal y votó un piquete en el puente a Victoria

Las consignas con las que los concurrentes se acercaron fueron variadas, pero todas bajo el pedido de "basta de quemas" y el pedido de la pronta sanción de la ley de humedales que proteja el Delta del Paraná. "Que arda el sistema, no el humedal", "no podemos respirar", fueron algunas de ellas.

Una multitud repudió la quema del humedal y votó un piquete en el puente a Victoria

Tampoco faltó la consigna "plomo y humo, el negocio de matar". La frase que apareció primero el día lunes en el barquito de Puerto Norte y que desde el municipio se apuraron a limpiar, pero sin mucho éxito ya que en efecto multiplicador el martes apareció la misma frase en el Palacio de Leones, sede de Gobierno, La Catedral y otros lugares representativos de la ciudad.

Una multitud repudió la quema del humedal y votó un piquete en el puente a Victoria

La asamblea abierta al pie del Monumento votó cortar el tránsito vehicular en la cabecera del puente a Victoria con otra asamblea para seguir debatiendo el plan de lucha. Se aprobó también la moción de reiterar el corte del puente el 3 y 4 de setiembre, con participación de todas las organizaciones civiles que militan la causa.

Asimismo, se convino en organizar una marcha hacia Paraná, a la sede de Gobierno de la Provincia de Entre Ríos. El 20 de agosto habrá un corte de la autopista Aramburu a la altura de Villa Constitución. 

La gente convocada aprobó impulsar una declaración de emergencia en salud pública y ambiental, y exigir el cumplimiento de la ley de manejo del fuego, de acceso a la información ambiental, reactivación del programa PIECAS, y controlar el ganado que ingresa a las islas.

Quienes integran la Multisectorial Humedales (MH) celebraron el éxito de la convocatoria. "Siempre nos costó sensibilizar acerca del ecocidio que denunciamos hace ya más de dos años, pero hoy esto da esperanza. Sigamos, seamos conscientes para exigir y lograr un cambio, por una ley de humedales, la del consenso, no la lavadita que favorece los intereses económicos", dijo Sebastián Martínez, en alusión a los proyectos en el Congreso, ya sin estado parlamentario por el lobby que hizo pie en el Senado. 

Mirando las lenguas de fuego que asomaban a lo lejos, las atribuyó a "la provocación de estos incendiarios seriales que no les importa nada, ni el humedal, ni la gente".

Hubo oradores venidos desde San Nicolás, Ramallo y Villa Constitución que contaron penurias y broncas similares. Así denunciaron al empresario Flavio Di Fonzo por levantar terraplenes y desecar arroyos y lagunas con fines agropecuarios. Un nicoleño entrado en años recordó que como estudiante en los '90 ya denunciaban en vano que se estaban vendiendo parcelas en las islas. "Nadie nos hizo caso. El departamento de Tierras de Entre Ríos es una mafia", escupió.

Lisandro Zita (MH) agregó nombres a los responsables identificados en las causas judiciales empantanadas: Enzo Mariani, dueño de la guardería náutica Henry Morgan y explotador de 800 hectáreas en las islas; Rufino Baggio, terrateniente de 35.000 hectáreas, (alguien propuso dejar de comprar los jugos de esa marca); José Antonio Aranda, vicepresidente del grupo Clarín y productor arrocero; y Enzo Vignale, productor ganadero de unas 1500 hectáreas de isla.