La situación de vulnerabilidad de algunas zonas de Rosario, muchas veces olvidadas, es el reflejo de una ciudad con doble cara, donde la renta se reparte de manera muy desigual y donde quienes ganan están lejos de las realidades de estos sectores empobrecidos. El merendero Casa Grande de Barrio Alvear comenzó a existir desde los primeros días de la pandemia en 2020 de la mano de una familia del barrio y a partir de la inquietud de Mora, una nena de 8 años que puso el interés en sus vecinos y junto con su madre y una de sus hermanas le dieron vida a este deseo tan simple de ayudar al otro.

Mora puso la piedra basal y Leila, su hermana mayor, fue la encargada de salir a caminar las calles de su barrio y dialogar con sus vecinos, comunicándole a cada uno de ellos la apertura de este comedor y merendero, en una barriada de las más castigadas de Rosario, donde abunda la desocupación y el trabajo informal. “Con la pandemia se vino todo abajo, nadie podía salir a trabajar y subsistían gracias a las raciones de los comedores y merenderos”, marcó Leila en una entrevista en radio La Hormiga de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti.

Mora entrevistada en Radio La Hormiga
Mora entrevistada en Radio La Hormiga

“Le dije a mi mamá que quería hacer un comedor para la gente que no tiene comida, para alimentar a los chicos que no tienen, para darle por lo menos leche, pan, para que coman. No sabían que nombre ponerle y yo les dije 'Casa grande' por un dibujito que se llama así, porque hay una familia en donde son muchos, como en mi casa”, dijo luego Mora.

Leila contó que el proyecto siempre estaba latente, pero ambas hermanas insistieron para que Claudia, su mamá, diera viabilidad a este deseo. “Fue muy rápido convencerla, al otro día ya hicimos unos folletos, los pegamos en los almacenes del barrio y en un grupo de WhatsApp de la familia comenzamos a ver quién tenía algo para ayudarnos y cocinar lo que tengamos a mano", completó Leila.

Tiene ocho años y es la impulsora de un comedor comunitario en Barrio Alvear

Las mujeres recordaron que al otro día de plasmar la idea ya se había conseguido una olla que les donó una tía y fueron en busca de los alimentos. Compraron carne y verduras y se lanzó el comedor. “Hicimos una olla grande y creíamos que iba a sobrar un montón, pero no fue así, vino muchísima gente. Así que fue al revés, nos quedamos cortos, le habíamos pedido a la gente que venga con su recipiente”, expresó Leila. Y Claudia añadió que después debieron anexar otra olla debido a la demanda en las raciones.

En cuanto a los aportes que reciben para dar de comer, es el Banco de Alimentos Rosario (BAR) quien desde el mes de diciembre de 2021 provee estos insumos, pero con eso no alcanza por lo cual reciben donaciones de todo tipo de alimentos. “Cuando comenzamos nos ayudaron otros comedores”, señaló Claudia y recordó que el último día del niño hicieron un locro para toda la comunidad.

Por parte del Estado, aseguraron que no reciben nada de ninguno de los estamentos, ya sea de Nación, Provincia o Municipio. Sólo leche en una ocasión para el Día del Niño por parte de Desarrollo Social de la Municipalidad. “Si falta algo lo que se suma lo pone mi familia”, subrayó.

La comunicación con los vecinos es fluida. Claudia conformó un grupo de WhatsApp donde avisa a cada uno de ellos sobre la entrega de las raciones o ante la llegada de mercadería envasada del BAR, aparte de una página de Facebook donde suben fotos semanalmente y la información pertinente del comedor y merendero.  “Ahora no estamos haciendo comida diariamente porque no estamos recibiendo nada. Si algunos eventos como hicimos para Navidad”, advirtió Claudia quien tiene en mente hacer un gran locro para el 25 de Mayo.

Para donaciones remitirse a la pagina de Facebook del Merendero Casa Grande.