Varias regiones de Italia padecen los estragos provocados por el mal tiempo y la “marea alta”, que generó inundaciones y daños por unos "mil millones de euros", informaron autoridades del país europeo.

Mientras el desborde del Piave provocó inundaciones en el Véneto, la crecida del río Arno mantenía en alerta a ciudades como Florencia y Pisa, señalaron.

Asimismo, las lluvias no cesaban esta jornada en Génova, y en los Alpes se esperaban "tormentas de nieve", según los últimos informes del servicio meteorológico.

"Nos enfrentamos a una emergencia que todavía está en curso, aunque se espera una mejora en el clima mañana. Además del drama de Venecia, otros territorios del Véneto están en condiciones desastrosas, como las playas y varias zonas montañosas", afirmó el presidente de la Región, Luca Zaia, al presidir una cumbre de la Unidad de Crisis de la Protección Civil Regional, reportó el diario italiano "Corriere della sera".

Las autoridades estimaron las pérdidas causadas por el alto nivel de las aguas en "mil millones de euros".

"Las columnas y los mosaicos de la basílica de San Marcos resultaron dañados por las inundaciones, ya que la sal presente en el agua corroe esos materiales”, ejemplificó el procurador de la basílica, Pierpaolo Compostrini. Compostrini señaló que si bien "hay cosas que no se ven de inmediato", el proceso de corrosión de la sal "es lento pero inexorable".

También se hizo público el estado de las bases de algunas columnas, gravemente perjudicadas, y sobre las que el procurador aseguró que "tendrán que sustituirse por la imposibilidad de recuperar el mármol para restaurarlas", reportó EFE.

Ahora las miradas se concentran un poco más al sur, en la Toscana, donde Florencia y Pisa fueron puestas en "alerta máxima" debido a la amenaza del agua.

El presidente de la región, Enrico Rossi, tuiteó una advertencia sobre el riesgo de desborde del río Arno y anunció que el despliegue de embarcaciones en las riberas de Pisa es una "medida de precaución".

Como en el resto de la península, Florencia fue víctima de ráfagas de viento de más de 70 kilómetros por hora, y unas 600 personas fueron evacuadas a causa de la crecida del río Elsa, afluente del Arno.

Mientras tanto, en el noreste las nevadas causaron problemas en la región del Trentino-Alto Adige, donde 11.000 personas estaban sin electricidad en la provincia de Bolzano y vastas zonas de montaña permanecían bloqueadas.