Representantes del Sindicato Único de Serenos de Buque asistieron a la comisión de Producción y Promoción del Empleo del Concejo Municipal para exponer la crítica situación que atraviesan tras la entrada en vigencia del decreto presidencial 37/2025, que eliminó la obligatoriedad de su contratación en los puertos del país. La medida afecta a 31 trabajadores en Rosario y -aseguran- comprometió la seguridad portuaria.

“La función del sereno es tan viejo como el puerto y le salimos cero pesos al Estado”, alertó Nicolás Trempos, uno de los trabajadores afectados, en diálogo con RosarioPlus. La normativa firmada por el Ejecutivo Nacional convierte en opcional la presencia de serenos a bordo, una figura históricamente requerida para vigilar y controlar embarcaciones. 

Un oficio de 120 años 

Los serenos de buque cumplen una función histórica de más de 120 años que incluye la supervisión del ingreso y egreso de personas y mercaderías, además de tareas vinculadas a la seguridad, el control ambiental y la prevención de actividades ilegales. “Lo que hacemos a bordo es fiscalizar todo lo que ingresa y egresa del barco. Trabajamos para las agencias marítimas y no para el Estado, a pesar de que nos regula la Prefectura al ingresar al puerto. A nosotros nos paga el armador, que es un agente internacional. Le salimos cero pesos al Estado”, sumó el trabajador.

En este sentido, advierten que la eliminación de la obligatoriedad en su contratación no solo pone en riesgo sus empleos, sino que también da lugar a posibles irregularidades en el movimiento portuario. “Es como tener el portón abierto de tu casa, a lo mejor no te pasa nada pero está la posibilidad de que te desvalijen”, graficó.

El trabajo de los serenos implica guardias presenciales las 24 horas mientras el buque permanece en puerto. Además de alertar sobre delitos o actividades sospechosas a bordo, también pueden denunciar incidentes en zonas próximas. “Si vemos un derrame en la terminal portuaria, tenemos la potestad de denunciarlo. Las terminales tienen su propio sistema de vigilancia, pero nosotros somos la autoridad en el barco”, precisó Trempos.

A modo de ejemplo, detalló que una de sus tareas clave es controlar el tratamiento de los residuos químicos a bordo -como las aguas “slop”-, que en muchos casos se arrojan sin tratar al río.

También actúan como primeros filtros de seguridad: “El ingreso al buque requiere autorización. Sin nuestra presencia, no hay nadie que controle si eso se cumple”. En ese sentido, Trempos recordó lo ocurrido en el puerto de Vicentin, donde en abril fueron incautados más de 460 kilos de cocaína en un buque que iba rumbo a Ámsterdam. “Si no lo denunciaba el capitán, pasaba desapercibido”, apuntó.

El impacto local

En Rosario hay actualmente 31 serenos sin ingresos desde hace cuatro meses, y a nivel nacional, alrededor de 600. “La Provincia de Santa Fe es la más perjudicada”, sostuvo Trempos. Frente a este panorama, los trabajadores ya entablaron conversaciones con legisladores para una propuesta de regulación provincial que restituya su labor en los puertos de Santa Fe, independientemente del decreto nacional.