Es jueves 17 de febrero de 1977. La tapa de Clarín cuenta que la noche anterior en Mar del Plata que la selección nacional que se prepara para el Mundial 78 le ganó un amistoso a Boca. Acá en Rosario, es de madrugada y llovizna. Un camión del Ejército sale de la Jefatura de la Policía por calle Dorrego. Dará la vuelta por Santa Fe hacia el lado de la Terminal de Ómnibus, el Pasaje Marchena como destino final. Es una cortada de apenas dos cuadras, que corre paralelo a Vera Mujica, a pocos metros de la Facultad de Medicina.

Quienes viajan en la parte de atrás de este vehículo militar con sus ojos vendados, conocen muy bien el barrio. Son estudiantes de fonoaudiología, medicina y psicología, todos militantes de la Juventud Universitaria Peronista. En un rato los van obligar a bajarse. Cuando lo hagan, el jefe del operativo les dirá que corran y les gritará que lo hagan rápido, ya que "el último va a poder salvar su vida". Unos segundos después de esa orden, sonará una ráfaga de disparos a la que ninguno de los detenidos desaparecidos sobrevivirá. Los vecinos bajarán su persiana por el temor y al día siguiente los diarios publicarán que aquí hubo un enfrentamiento.

En el diario del día siguiente de la masacre, se pretendió instalar que había existido un enfrentamiento.
En el diario del día siguiente de la masacre, se pretendió instalar que había existido un enfrentamiento.

El sadismo de los asesinos

Para los más jóvenes, la escena puede parecer de ficción y hasta copiada de la exitosa serie "El juego del calamar". Pero lo cierto es que realmente ocurrió y que recién décadas más tarde de aquellos hechos, cuando pudo avanzar en democracia lo que se conoció como "Causa Feced", la verdad pudo empezar a conocerse. Y ahora, en una calurosa mañana de noviembre en 2021, se está señalizando la esquina en la que se produjo la masacre, que terminó con la vida de Carlos Morel, Roberto Altamirano, Silvia Fabris, Beatriz Aguilera, Ana Valle y Vico Ferrari, los jóvenes asesinados en aquel operativo.

Para recordar qué pasó en el Pasaje Marchena, ahora hay un cartel con sus nombres, instalado por el área de Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario. Su directora, Alicia  Gutiérrez, le dice al móvil de Sí 98.9: "Estamos recordando a compañeros con los que compartí militancia y por eso la emoción. Esta masacre del año '77 es parte de la memoria histórica de Rosario. Y yo creo que los nombres de las calles y sus rincones tienen que dar cuenta de las luchas de una ciudad. Por eso la importancia simbólica de esto que hacemos. En pocos días, podrá empezar el juicio para encontrar la verdad de lo que pasó acá, tal como nos lo acaba de adelantar acá mismo el fiscal Juan Murray. Será muy importante, aunque muchos testigos de entonces ya murieron".

El cartel está justo en la esquina de Pasaje Marchena al 500, donde se cruza con calle San Lorenzo. Su instalación es parte de un plan que viene llevando adelante la Dirección de Derechos Humanos municipal que preside Gutiérrez, de largo recorrido militante, además de ex diputada nacional y provincial. Ya se colocaron emblemas en otros rincones de la ciudad. Como en el coqueto Puerto Norte, por ejemplo, donde están ahora los nombres de las Madres de la Plaza 25 de Mayo. "Y el próximo 20 de diciembre, en el vigésimo aniversario del levantamiento popular contra las medidas económicas de De la Rúa y Cavallo, se señalizarán los Tribunales Provinciales recordando a las víctimas de aquellos días, asesinadas en la provincia por la policía a cargo del entonces gobernador Carlos Reutemann", agrega Gutiérrez. 

Además, esta "marca de la memoria" del Pasaje Marchena, recuerda también a Juan Lucero y Claudia González, asesinados en la zona norte de Rosario, pocos días antes de la masacre de febrero del '77. Ambos eran compañeros de los seis jóvenes fusilados a pocas cuadras de Medicina.