La presencia femenina en la dirigencia de los 363 municipios y comunas santafesinos es menos que escasa: en toda la provincia sólo un 4% de las ciudades tiene intendentas y un 6% de las comunas, presidentas, según revelaron desde la Subsecretaría de Políticas de Género, en el marco de una jornada de debates sobre economía con perspectiva de género que se dio en Santa Fe y Rosario.

Ante ese escenario, desde la Provincia apuntaron al “Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos (Piod)” que, entre otros objetivos, “busca que se pueda atravesar la perspectiva de género a nivel ministerial y que cada ministerio defina a su interior políticas concretas para promover acciones hacia la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres”, señalaron.

La actividad, que se desarrolló el martes en Rosario y este miércoles en Santa Fe, contó con la participación de organizaciones sociales, mujeres militantes del feminismo, estudiantes y público en general que presenciaron las exposiciones de las especialistas convocadas para disertar. El objetivo de la actividad fue conformar un espacio de reflexión en la búsqueda de estrategias para construir sociedades con iguales oportunidades y derechos para mujeres y varones.

En ese marco, la titular del área de Políticas de Género, Gabriela Sosa, expresó que “el desafío es cómo lograr establecer una discusión que rompa este rol tradicional de la mujer desde lo reproductivo y se ponga en lo productivo, que tiene una vinculación directa con lo económico”.

Economía feminista

En las jornadas de debate, se ofrecieron datos y referencias mundiales sobre las desigualdades entre varones y mujeres en el plano económico, abriendo el debate sobre un tema fundamental para pensar en este tipo de violencia hacia las mujeres. En ese sentido, concluyeron que“el mercado no resuelve los problemas de desigualdad”, y agregaron que en nuestro país “el PBI nominal aumentaría el 7 % si la participación laboral y empresarial fuera en igualdad de condiciones para varones y mujeres”.

“Las mujeres tienen menos libertades para decidir sobre su vida porque se les asigna la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado y de cuidados, en base a una naturalización de sus supuestas ventajas comparativas para cuidar”, afirmaron, y subrayaron que “así, queda condicionado el tiempo del que dispone para dedicarse al ocio, a educarse o a trabajar en el mercado, lo que redunda en una peor inserción laboral, un ingreso más bajo y un problema de acceso a las redes de contención de la seguridad social”.