El Sindicato de Peones de Taxis está en plena etapa de acefalía, luego de que se suspendiera de sus funciones al secretario general, Horacio Boix, tras una denuncia de la comisión directiva por malversación de fondos. Ahora el resto de los dirigentes pugnan por quedarse con la conducción en un ambiente espeso.

"Si seguía seis meses más Boix nos quedábamos todos sin laburo, chocábamos contra un iceberg, y quién nos iba a representar. Boix ya es historia", disparó Horacio Gianotti, secretario adjunto que quedó a cargo de la conducción al menos hasta que pasen los 45 días de la suspensión.

Sin embargo, confían en que la denuncia penal radicada ante la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos por presuntas maniobras de dinero de la tesorería lo terminen apartando.

A la denuncia se le agrega un dato fortuito como determinante: Boix protagonizó el domingo a la mañana un accidente de tránsito a bordo de un Audi A7 en San Martín y Gaboto, contra un patrullero policial que participaba de una persecución. El asunto es que el automóvil de alta gama que conducía Boix no es de su propiedad, sino del sindicato de taxistas.

Este martes por la madrugada se quedaron durmiendo en la sede del gremio para cuidar el patrimonio por miedo a represalias. "Hay que tener valentía. No se expulsó a cualquier miembro, se expulsó al secretario general que condujo 25 años al gremio. Sabemos que en los últimos años no gozaba de la simpatía de los afiliados y trabajadores", sostuvo en LT8. 

"Sabía que esto en algún momento iba a cambiar. Llegó un momento de decir basta por el bien de los trabajadores. Al principio trabajó muy bien pero en los últimos años lo manejó mal", dijo y luego sugirió que puede continuar en la conducción.

"Yo soy un taxista de zapatillas gastadas y noches trabajando en el taxi. Sé más que nadie de la problemática laboral, de los abusos de algunos titulares", finalizó.