Lo único que se necesita es alguien con el deseo de comer en pantuflas en la comodidad de su casa. No importa si es una hamburguesa, un roll de sushi, un helado, o si es en cambio la necesidad de mandar urgente esa llave que se olvidó un familiar.  Lo que se sabe es que ellos están disponibles a toda hora: llueva o haga frío, ahí están los repartidores de las app esperando que se active en sus teléfonos el llamado a hacer un viaje. 

"Vos podés ganar 200 pesos un envío si estás como Ranking 1, pero si te pasan a Ranking 4 ese mismo viaje lo cobrás 60 pesos. A esa puntuación te la va dando un algoritmo", dice uno de ellos. "¿Y cómo hacen para calificarte?", surge la pregunta del cronista desde el desconocimiento. "Ellos tienen todo el tiempo un monitoreo de lo que hacemos, si nos conectamos, desde qué lugar lo hacemos, si paramos de trabajar o hacemos todo seguido. Para estar arriba en la puntuación, tenés que trabajar 13 horas los siete días de la semana, lo más rápido posible. Si entre un viaje y otro vos por ejemplo te desconectás un rato para tomar una gaseosa, el propio sistema te pone en pausa y bajás en el Ranking", explica otro. 

De forma espontánea y sin mucho orden entre ellos. Así van hablando los que se acercan al móvil de la Sí98.9 en plaza San Martín, en la previa de una movilización sobre ruedas que está por arrancar. Es viernes al mediodía y en minutos recorrerán el centro de Rosario en caravana, para llegar a Pellegrini y Corrientes. Justo ahí, en la esquina de Mc Donald's, es donde se los suele ver reunidos, así como otro punto de encuentro frecuente es la zona de Pichincha. En ambos casos, es donde más pedidos suelen tener.

Antes de marchar en motitos por el centro, reclamaron en Plaza San Martín (Video: @BelenBertero)

"Exigimos un aumento y un salario digno. Nosotros estamos todo el día en la calle. Si tenemos un accidente o si nos roban, la aplicación no nos reconoce nada", explica ahora uno de los cadetes. Parecen tener un promedio de edad de entre 25 y 30 años e historias parecidas: con sus mochilas rojas en forma de caja y una campera que los identifica, recorren la ciudad de una punta a la otra, prestando un sericio con sus propias motos para una aplicación sin rostro visible ni sede en Rosario    

"Lo único que te dan es la caja, una vez al año. Al resto lo tenemos que poner nosotros, que nos aumenta todo. La nafta, los repuestos de la moto, lo que nosotros mismos gastamos para vivir, el monotributo. Pero el valor de lo que nos pagan, lo deciden ellos y no nos alcanza. Y ponele si vos te tomás un fin de semana, te bajan el valor que te pagan por kilómetro. Eso lo define el algoritmo de la app de manera automática. O nos pasa que nos comunicamos con el operador, que está en Uruguay, para explicarle que no encontramos alguna dirección. Y te das cuenta que no conoce las calles", relata uno que se acerca ahora a la ronda de testimonios.

"Y cuando llegas a estar en el Ranking 1, que es cuando más te pagan por cada viaje, lo que pasa es que te empiezan a asignar menos trabajo, porque el sistema busca más eficiencia. Entonces te dan más envíos si cada viaje le sale más barato. O sea que ni siquiera lo podemos definir nosotros al ritmo, lo decide la aplicación", explican ahora. 

Ninguno da sus nombres, por las dudas. No tienen delegado, ni tienen sindicato. Se agrupan como pueden y convocaron a esta movilización con carteles puestos en los postes de la calle, más mensajes por WhatsApp. 

A diferencia de las empresas tradicionales del siglo XX, la vida laboral en el mundo contemporáneo permite que la dinámica que busca mejorar todo el tiempo la rentabilidad no sea aplicada por un patrón o una gerencia, sino que es el propio algortimo el que la va generando. Y en lugar de tener un área de recursos humanos que hable con cada empleado, o le ofrezca un mejor salario por trabajar un feriado, es la misma app la que produce ese resultado: un sistema de trabajo en el que los repartidores se parecen a los jugadores de "El juego del calamar ", la serie coreana de Netflix.