El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró durante la inauguración de la primera planta de Mercedes-Benz en la región de Moscú que el gobierno apoyará a los inversionistas extranjeros que abran fábricas en Rusia.

"Continuaremos, sin lugar a dudas, apoyando en el futuro los proyectos de este tipo, ya sean realizados por compañías rusas como por nuestros socios extranjeros", aseveró el mandatario ruso.

Según Putin, este tipo de proyectos permiten desarrollar la industria automotriz rusa y responden a los intereses de los consumidores. Putin señaló que las deducciones fiscales de la compañía alemana en Rusia serán de unos 4.000 millones de rublos (cerca de 62 millones de dólares) en un plazo de diez años.

Además, indicó que los automóviles de esta marca gozan de un merecido prestigio a nivel mundial por su alta calidad. Por su parte, el ministro de Economía de Alemania, Peter Altmaier, presente en el acto, declaró que Moscú y Berlín deben aspirar a limar las contradicciones y ampliar la cooperación económica bilateral.

"Se trata de un proyecto piloto, y muestra una vez más que la economía de Rusia puede desarrollarse de un modo más exitoso. Nosotros velaremos por poner fin a los conflictos, pero debemos paralelamente ampliar nuestras relaciones económicas, las relaciones a nivel de intereses humanos", afirmó.

El titular alemán destacó especialmente la diversificación que observa en la economía rusa, que ya no solo produce materias primas, sino que avanza en la industrialización. "Rusia se convierte en exportadora de mercancías, se convierte en exportadora de productos de alta tecnología", añadió.

La compañía Mercedes Benz RUS invirtió en este proyecto 250 millones de euros. La fábrica producirá 25.000 vehículos al año y dará empleo a más de mil trabajadores. Este mismo miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó de positiva la inauguración de la planta justamente cuando la estadounidense Ford abandona el mercado ruso. EFE