Fisherton fue durante décadas un refugio para los rosarinos que buscaban escaparse del ruido. Pero su fisonomía comenzó a cambiar poco a poco y aunque conserva su espíritu los vecinos aseguran que ya no es lo que era. Con una población que se multiplicó por miles y servicios que no se actualizaron de la misma manera, el coqueto barrio del oeste hoy ve como los mismos condominios y edificios que tapan el sol en el centro de la ciudad hacen lo propio a pocos metros de sus chalets. Este lunes, manifestaron su preocupación ante la Comisión de Planeamiento del Concejo Municipal.

Los vecinos autoconvocados de Fisherton cuestionaron principalmente la cantidad de construcciones en marcha y otras tantas que ya fueron anunciadas. Dejaron en claro entre otras cosas que "elegimos vivir en Fisheron por el verde, la luz" pero hoy el paisaje empezó a cambiar y a parecerse cada vez más al que quisieron dejar atrás.

Ana Laura Prado, una de las representantes del barrio, indicó ante los concejales que “se están construyendo varios condominios y no siempre en terrenos de gran superficie”. Remarcó por ejemplo que algunos de estos proyectos se desarrollan en apenas 200 metros cuadrados. En el mismo sentido se manifestó otro vecino, Rolando Maggi, quien sostuvo que con esos emprendimientos "arrasan con nuestros derechos".

El problema, además del cemento que avanza por encima de la forestación, es la falta de servicios para una población que sigue creciendo en cantidad. “En terrenos donde vivían 8, 10 personas, ahora hay condominios donde van a vivir 10 familias, sin tener los servicios necesarios”, remarcaron los vecinos. Otro problema que asoma es que "muchos optaron por la energía solar, y si tienen un condominio de altura se ven perjudicados”.

Poco para muchos

Los autoconvocados sostuvieron que entre Fisherton y el barrio vecino 7 de Septiembre viven entre 80 y 100 mil personas. "Cualquier localidad con esos habitantes, tiene una comisaría, un Samco, bomberos, acá están sólo la subcomisaría 21° y la comisaría 17° para toda esa cantidad de habitantes”, resaltaron.

En tanto Ana María Ferrini, habitante del barrio y fundadora de Basta de Demoliciones, insistió en que Fisherton presenta falencias marcadas en el servicio de agua y también de energía eléctrica “cuando funcionan todos aire acondicionado”. Aclaró que si bien la construcción genera empleos, “no nos podemos oponer a la creación de trabajo, pero que sea racional”.

Luis, otro vecinos, evidenció que uno de los “problemas son las cloacas” y aseveró que “no hay ningún tratamiento cloacal, que van a ir 50.000 litros diarios a las napas”.