Los bares y restaurantes rosarinos deberán destinar mesas prioritarias para uso de personas con discapacidad, mujeres embarazadas y personas con movilidad reducida, a partir de una ordenanza votada por el Concejo municipal en la última sesión. La medida fue bien recibida por las asociaciones de personas con discapacidad, aunque advirtieron que “todavía falta mucho” por avanzar en materia de inclusión. Desde el sector gastronómico, en tanto, advirtieron que, en los hechos, eso ya sucede por “sentido común”.

La ordenanza aprobada por los ediles estipula que todos los bares y restaurantes rosarinos deberán disponer de, al menos, una mesa con capacidad para dos personas como mínimo, aunque la cantidad y la disposición quedará a criterio del titular del comercio, quien deberá priorizar en la selección y ubicación de las mesas los lugares cercanos a las puertas de acceso.

Aquellos locales que no cumplan con esta disposición, serán sancionados por el municipio con el cobro de una multa equivalente al sueldo básico de un ayudante de cocina, que según la escala salarial de la Unión de Trabajadores Hoteleros Gastronómicos (Uthgra) para el interior del país a abril de este año, oscila entre los $11.423 y los $13.289.

Desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica y Afines de Rosario (Aehgar) consideraron que la ordenanza “está buena en cuanto a dar cierto encuadramiento”, pero advirtieron que “en estos casos nosotros tenemos que apelar a cierto sentido común”. En diálogo con Rosarioplus.com, el titular de la cámara, Carlos Mellano, le apuntó a los castigos previstos por la normativa: “Cuando usted no le da una prioridad me parece que el castigo es más social que el que la Municipalidad puede dar a través de una ordenanza”.

Todavía falta

Claudio Halcovich es el titular de la ONG Sin Barreras, que trabaja por los derechos de las personas con discapacidad. Consultado por Rosarioplus.com, aseguró que la ordenanza aprobada por el Concejo “es una buena noticia”. Sin embargo, resaltó que “todavía falta” para lograr una mejor inclusión en locales gastronómicos. “Primero hay que ver que el bar sea accesible, porque si en la puerta hay un escalón, a mí con silla de ruedas ya me trabaste el ingreso”, explicó. “Lo mismo si el lugar no tiene baño adaptado, o si me toca una mesa en el medio del bar con una silla de ruedas se dificulta mucho el paso y tenés que estar molestando a los otros comensales”, amplió.

Desde Aehgar reconocieron la situación planteada por la ONG. “Eso ocurre, a veces los lugares que se habilitan no tienen los espacios correspondientes, en un bar determinado no tienen rampa o las puertas no tienen el metraje correspondiente o el espacio entre las mesas”, aceptó Mellano. Pero, al mismo tiempo, el representante de los empresarios gastronómicos valoró que “como en todo se ha avanzado bastante”.