Los serios incidentes que se sucedieron en la zona sur de Rosario, con al menos siete intentos frustrados de saqueos a comercios durante la tardecita de un lunes que hervía con el debate de la reforma previsional, pusieron en alerta a las autoridades de la Provincia, quienes desplegaron un fuerte operativo de seguridad para evitar esta modalidad de robo, siempre ligada a momentos bisagra de la historia argentina.

El ministro de Desarrollo Social, Jorge Álvarez, buscó minimizar los intentos de algunos grupos de vecinos de diferentes barrios de la ciudad y aseguró, en diálogo con el periodista Ariel Bulsicco en Sí 98.9, que en la ciudad hay “paz social” en la previa a las fiestas. “Los casos que hubo estuvieron ligados al delito, no a lo social”, afirmó el funcionario e indicó que “hay que separar una cosa de la otra, no hubo organizaciones sociales que hayan estado involucradas en algún hecho”.

Pero los referentes de organizaciones sociales con una intensa presencia en los territorios más complejos de la ciudad no están de acuerdo con la mirada del ministro y advirtieron que es complejo el panorama en los barrios rosarinos. “No lo vemos de esa manera”, advirtió a Rosarioplus.com Facundo Peralta, referente de Causa, una organización social con presencia en barrios como Villa Banana, Empalme Graneros, Itatí, Libertad (Toba), Tablada y Quinta.

“Puede haber situaciones que estén influenciadas por las supuestas mafias que existen en los barrios, pero acá hay una situación de fondo, la gente ha perdido poder adquisitivo en gran medida, mucho más que otros sectores sociales”, explicó Peralta. Según el militante social, “si la gente no tiene para comer no lo asociamos al delito sino a una necesidad social que el Estado tiene que cubrir”.

En el mismo sentido se expresó Alejandra Fedele, referente del Movimiento Evita, que despliega su trabajo territorial en varios barrios de las zonas sur, norte y oeste de Rosario. “No fue así”, le dijo a Rosarioplus.com sobre la versión de Álvarez. “Se hicieron como barriadas saliendo a cortar la calle del barrio donde cada uno vivía. Los propios vecinos de voz a voz, por la intensidad de lo que estaba pasando en Buenos Aires y con mucha indignación salieron a cortar las calles de sus barrios”, aseguró y apuntó que, en medio de esas protestas, “hubo algunos intentos” de saqueos, “pero después se hizo un gran despliegue policial y por suerte se calmó”. Aunque sí coincidió con el ministro de Desarrollo Social en que todo el movimiento “no fue promovido por organizaciones sociales”.
 
El cura villero Claudio Castricone, de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de Villa Manuelita, responsabilizó al Gobierno nacional y su proyecto de reforma previsional de caldear los ánimos en los barrios. “Pensaba que teníamos un fin de año tranquilo, y la ley lo pudrió todo, encendió el fósforo indudablemente. Es tan inoportuno que me dio dolor y bronca”, dijo en diálogo con Ariel Bulsicco en Sí 98.9.
 
En es sentido, amplió: “No sólo no comparto la propuesta de la ley, tampoco el momento en que se presentó, tan cerca del 18 y 20 de diciembre, fecha sensible cada año desde el 2001. Estas cosas convulsionan a la sociedad”.

Situación delicada

Álvarez se mostró optimista respecto a la situación en Rosario y la provincia. “Tenemos una paz social en lo que tiene que ver con las fiestas y nuestra realidad en lo que hace a la asistencia”, dijo. “Tenemos un trabajo coordinado con todas las organizaciones sociales y no hay ningún inconveniente ni nada que avizore que pueda haber algún tipo de conflicto en lo que tiene que ver estrictamente con lo social”, agregó y afirmó: “No avizoramos que pueda haber ningún tipo de conflicto social en Rosario”.

Pero en los barrios, parece, se respira otra cosa. Peralta, de Causa, aseguró que “la gente en el barrio está alerta y entiende lo que está pasando a nivel nacional, vinculan la situación en la que se encuentran socialmente a lo que pasa a nivel macroeconómico y a nivel país, eso está latente, en cualquier momento puede haber un conflicto”. A su vez, el militante social apuntó que “si el Estado provincial no refuerza la asistencia alimentaria a estos sectores, esto es un callejón sin salida y pueden aparecer acciones en los barrios, y van a tener motivos y argumentos para que esto suceda”. De cualquier modo, aclaró: “Nosotros no acompañamos este tipo de accionar, aconsejamos a los vecinos y trabajamos con ellos para lograr nuestras reivindicaciones de otra forma”.

En esa misma línea, Fedele advirtió que “la cuestión está bastante complicada, la gente en los barrios la está pasando mal”. Al respecto, describió que en los barrios se está viviendo con la Asignación Universal por Hijo, no hay changas y mucha gente se está quedando sin trabajo”. “La situación está complicada, tenemos un termómetro que no nos gusta”, señaló la dirigente, aunque rápidamente aclaró: “Las organizaciones nos comprometimos a no fomentar absolutamente nada de esto”.