El Kremlin defendió la polémica ley que obliga a los productores de champaña a renunciar a esta denominación en Rusia, donde tendrán que identificar sus vinos simplemente como "espumosos". Según esta normativa, promulgada el pasado viernes por el presidente ruso, Vladímir Putin, las importaciones de champaña tendrán que ser etiquetadas como "vino espumoso".

"Esta historia de las denominaciones es muy vieja, es una historia que venía de los tiempos soviéticos. La ley ha sido aprobada, debe cumplirse. La vinicultura rusa es una rama de la economía que se desarrolla muy rápidamente y con mucha calidad, pese a la situación de crisis", declaró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

La ley establece que en Rusia solo se podrá vender champaña "producida" en el país, donde desde la época de la Unión Soviética se vendía un vino espumoso nombrado "Champaña Soviética".

Moët Hennessy, la única compañía francesa en reaccionar a la medida, envió el pasado viernes una carta a los distribuidores rusos en la que anunciaba el cese de los suministros, pero este domingo aceptó la exigencia rusa y anunció la reanudación de los envíos, con nuevas etiquetas.

El director general de la Union des Maisons de Champagne, David Chatillon, protestó contra esta ley, al afirmar a France News Live que "se trata de la apropiación de un nombre en el que los champañeses han invertido 300 años".