Dos funcionarios de la Justicia provincial se presentaron en la Cooperativa y Centro Cultural La Toma para realizar una tasación, episodio que generó preocupación entre quienes día a día realizan sus actividades en el inmueble de Tucumán 1349. Ocurre que en el Juzgado Extracontractual N°4 ingresó un nuevo pedido de desalojo del inmueble. Allí trabaja un grupo de organizaciones desde hace 17 años, cuando en 2001 los ex empleados de la cadena de supermercados Tigre se hizo cargo del lugar. Hubo otros pedidos de desalojo, e incluso amenazas y agresiones denunciadas, pero siempre se logró evitarlo.

“Los funcionarios sacaron muchas fotos y tomaron nota de cada espacio que funciona en sus dos pisos”, relató con preocupación el director de La Toma, Carlos Ghioldi, a Rosarioplus.com. Adelantó que ante la inminente citación judicial los trabajadores se están preparando para dar batalla. En el predio en calle Tucumán coexisten unas 50 organizaciones de derechos humanos, partidos, gremios, cooperativas y microemprendedores. Ya convocaron a una asamblea pública para el 13 de agosto a las 18 para analizar los pasos a seguir.

“En la asamblea se pondrá al tanto a la gente de la nueva demanda, se llamará a un plan de lucha para sumar a todos los ciudadanos y organismos, y se profundizará la ocupación con más actividades", adelantó Ghioldi. "Si somos 50 organizaciones, buscaremos llegar a ser 100 y evitar un nuevo intento de sacarnos por parte de gente que nunca puso ni un peso en el predio, sólo heredaron los títulos de la quiebra”, remarcó.

Si bien los empleados del juzgado no revelaron quiénes son los demandantes, los trabajadores de La Toma intuyen que se trata de los mismos abogados de Seguro de Depósitos S.A (Sedesa), quienes ya iniciaron una causa en el Juzgado Civil y Comercial N°18, representantes del fondo residual que quedó “tras la quiebra de El Tigre, y que pasó a manos de siete bancos diferentes que fueron quebrando también”.

Ghioldi aseguró que “el gobierno provincial está al tanto de esta nueva situación”, y recordó que en su momento se buscó una salida justa "no un subsidio ni un desalojo, sino su compra de la hipoteca”. Pero ese acuerdo quedó trunco a partir de que el fondo de la quiebra rompió la negociación.

La Toma es, según su director, “una plaza con techo”, ya que se trata de un espacio público donde se organizan eventos culturales, asambleas feministas y reuniones de cualquier facción política.