Suena el teléfono, en la pantalla aparece un número desconocido y al atender es escucha del otro lado una voz protocolarizada, apurada, presionada. Saluda, insiste, retruca la apuesta, gana o pierda.

Este acto es repetido por los trabajadores de los call center a cada minuto, por seis horas seguidas, de lunes a viernes (y dos sábados al mes). Cuando finaliza la jornada laboral, comienza la vida: la charla con el compañero, el regreso a casa, el estudio, la familia, el ocio.

Aunque el sistema parece perfecto, sin fisuras que entorpezcan el funcionamiento de la maquinaria, las relaciones humanas se van tejiendo, con complicidades y paciencia, y cuando la línea queda fuera de servicio, la red ya no puede cortarse tan fácilmente.

El miércoles pasado, los trabajadores del call center Hey Latam ingresaron pacíficamente al local de la empresa, tras la decisión del juzgado que atiende la causa de decretar la quiebra de la firma, y dieron un paso más en su plan de lucha para que 300 familias no queden en la calle.

Luego de varios meses de resistencia, primero por las suspensiones y después por la quiebra fraudulenta, los empleados de la empresa de asesoría y venta telefónica decidieron trasladar su territorio de lucha al interior del edificio ubicado en Buenos Aires al 1400.

"El edificio quedó congelado después de marzo, con la cuarentena. Lo único que encontramos son oficinas vaciadas y un desmantelamiento del segundo piso, no sabemos si era porque estaban remodelando o vaciando la empresa", comentó Martín, un trabajador de la compañía, en diálogo con Rosarioplus.com.

Según explicó el joven de 25 años, que llegó a Rosario desde una pequeña localidad de Buenos Aires para estudiar Ciencias de la Computación, el acampe que iniciaron en diciembre frente a la empresa evitó el vaciamiento del inmueble. "Teníamos que proteger las herramientas de producción que hay en el edificio, por eso se volvió inevitable la toma", aseguró.

El edificio Buenos Aires al 1400 tiene tres pisos y está organizado de la siguiente manera: en planta baja se encuentran el hall de ingreso, la sala de espera, las oficinas RRHH y comercial, la gerencia; en el primer y segundo piso, los boxes de llamados y los servidores; y en el último nivel la sala de capacitación, un espacio de descanso con cocina y una sala de calidad (auditor llamada).

"Muchas de las computadoras estaban en nuestras casas, porque después de la lucha por las suspensiones, cada uno recibió su dispositivo para hacer teletrabajo", aclaró Martín.

Desde que Contact SA (una de las firmas que integran Hey Latam) presentó la quiebra, el edificio de la empresa quedó casi abandonado, a excepción de un espacio del primer piso donde los servidores siguen encendidos para que Key Market (la otra parte de la compañía) siga activa.

"Vamos a luchar, no solamente por nosotros. Sabemos que esto va a ocurrir en el resto de los call center y no podemos permitir que siga pasando. Hey Latam ya lo había hecho, con quiebra y firma nueva", recordó el trabajador y agregó: "No es el único empresario (Martín Stauffer) que tiene esta forma de operar".

Hey Latam: la toma, el aguante y un futuro cooperativista

Una quiebra fraudulenta

"Creemos que es una quiebra fraudulenta, porque la empresa siguió trabajando durante la cuarentena y hasta se benefició con los ATP", manifestó el trabajador del call center y destacó la importancia de los clientes que tenía Hey Latam: "La mayoría de las campañas eran ventas, solo algunas atención al cliente. Trabajábamos para grandes empresas como Clarín, Banco Galicia, Unicef, American Express, BBVU Francés, entre otras multinacionales".

En cuanto a la decisión del juzgado que atiende la causa de decretar la quiebra de la firma, el empleado dijo: "Queremos hablar con el juez, somo acreedores de la quiebra en curso".

Segundo piso del edifico ubicado en Buenos Aires al 1400.
Segundo piso del edifico ubicado en Buenos Aires al 1400.

De llamar a atender

"Empezamos a pensar salidas al conflicto, porque queremos trabajar, y surgió la idea de la cooperativa, porque parece muy difícil la reincorporación", señaló Martín, y adelantó que ya se dieron los primeros pasos legales para formar la asociación tomando como ejemplos otras organizaciones nacionales, como el Centro Cultural La Toma y Cooperativa de Trabajo Madygraf LTDA.

"Queremos continuar con la dinámica que venimos manejando en el acampe y la toma, con asambleas y decisión democrática, pero en forma de cooperativa", indicó Martín y explicó: "Tenemos las computadoras, queremos poner los servidores a trabajar; por eso le pedimos al Estado que nos otorgue una parte de las líneas del 0800 COVID, el 147 (TUP) y atención por situaciones de violencia de género".

"Desde distintos niveles del Estado ya se han acercado y conocen la idea, queremos que se hagan realidad", solicitó el integrante de la Asamblea de Compañeres Unidos de Hey Latam, y añadió: "Estamos buscando instancias para poder juntarnos con el municipio y la provincia. Sería una forma de que el Estado garantice nuestra continuidad laboral y que tengamos un rol social".

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El trabajo como medio de subsistencia

"Mi situación es similar a la de muchos compañeros, venimos a estudiar a Rosario y para poder mantenernos accedemos a este tipo de trabajo, que a pesar de la condiciones esclavizantes y el salario bajo, te lleva pocas horas", indicó Martín, y comentó que el rector del la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, brindó el apoyo de la casa de estudios a la lucha.

"Hay muchas madres solteras, que por cuestión de tiempo, tienen este tipo de trabajo para poder criar a sus hijos y darle un plato de comida", comentó el estudiante de Ciencias de la Computación.

El camino del cooperativismo, además de establecer una forma horizontal de organización, se convirtió en una vía para cambiar un trabajo comercial por un servicio social. "Estamos contentos de decir que podemos brindar un servicio importante a la sociedad, ya no estamos vendiendo un seguro", señaló.

"No solo solucionaríamos el colapso de las líneas estatales sino que garantizaríamos el trabajo de los compañeros", comentó Martín y concluyó: "La cooperativa es el camino que elegimos, díficil, pero creemos que es la vía por la cual podemos recuperar el trabajo".

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