Desde la madrugada de este viernes los estudiantes que terminaron el cuarto años de sus estudios secundarios y que en 2017 cursarán su último año en la escuela media, festejaron siendo fieles a la (nueva) costumbre: ruido, disfraces y clima festivo.

Pero el banderazo tuvo, también como es habitual, algunos desbordes que fueron controlados por el operativo que llevaron adelante desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe y la Unidad Regional II de la Policía provincial. Uno de los espacios más cuidados y monitoreados por esta medida fue el Monumento a la Bandera, para evitar que sea dañado como en años anteriores.

Fue ahí que un joven sufrió una herida en la frente por la explosión de una bomba de estruendo por lo que fue asistido por el Sies.

Promediando el mediodía los efectivos policiales ya habían requisado unas 300 botellas de alcohol y unos 350 kilos de objetos no permitidos, como espuma, bombas de humo y estruendo y pirotecnia.

El viernes de la semana que viene tendrá lugar un operativo similar, ya que será el turno del banderazo de los estudiantes de quinto año, que se despiden de la secundaria.