Sí, no sólo en Rosario hay locos que les da por hacer mal a los animales. La prensa francesa habla de envenenamientos masivos, de un “asesino en serie” y hasta de una “hecatombe” gatuna.

No se sabe quién es el responsable, pero sí se conoce el estremecedor resultado de su siniestro accionar: hasta 200 gatos han aparecido muertos en las últimas semanas en Saint-Pierre la Mer, una tranquila localidad costera entre Perpiñán y Montpellier, en el sureste de Francia, que suele venderse como un lugar idóneo para pasar unas vacaciones “familiares” en la playa. A partir de ahora, claro, será así si no se tiene un minino.

Las víctimas son tanto gatos callejeros como domesticados. La asociación local de protección de gatos callejeros presentó una denuncia para que se hiciera una autopsia a los animales muertos para intentar averiguar el origen de este presunto envenenamiento masivo. Según los primeros resultados, en el estómago de las víctimas se hallaron perdigones, cannabis y líquido refrigerante.

Michèle Grenier-Bolley, investigadora de la Sociedad Protectora de Animales (SPA), que también presentó una demanda por la situación en Saint-Pierre de Mer, dijo que creen que los gatos son alimentados por la noche con ese cóctel mortal, probablemente mezclado con algún alimento que atrae a los animales.

No es la primera vez, dijo a L’indépendant, que sucede algo así en esta normalmente tranquila localidad. “Me llamaron en 2011 y en 2012 por problemas similares. Y ahora vuelve a empezar, con una magnitud jamás vista antes. ¡Es una vergüenza!”, denunció.

La muerte masiva de gatos —además de algún que otro animal que probablemente probó el veneno— ha creado un ambiente tenso en Saint-Pierre de Mer. La asociación local de animales aseguraba estos días en su cuenta de Facebook que tiene una sospecha firme de quiénes podrían ser los responsables de la masacre gatuna. Pero le faltan pruebas, reconoce, por lo que ha pedido a todo el que tenga alguna información que les contacte. Por el momento, el asesino, o asesinos, en serie, sigue suelto. Y los gatos siguen sin estar seguros.