El fiscal Donato Trotta ratificó este miércoles el pedido de pena de prisión perpetua para los cuatro principales acusados de la desaparición y muerte de Paula Perassi, y condenas de entre 6 y 16 años para los cinco policías involucrados en el encubrimiento. Lo hizo ante el tribunal integrado por los jueces Alvaro Campos, Griselda Strologo y Mariel Minetti, en el turno de alegatos del juicio oral sobre el caso de la mujer de 34 años que en setiembre de 2011 desapareció en oscuras circunstancias de su casa de San Lorenzo.

El abogado Adrián Ruiz, en nombre de los padres de la víctima, coincidió con el alegato fiscal, con la diferencia de que para el comisario Adolfo Puyol también pidió la pena de prisión perpetua al considerarlo "partícipe necesario" del aborto forzado seguido de muerte y la posterior desaparición del cuerpo.  

Ruiz analizó en diálogo con Rosarioplus.com que "no hubo testimonios que se contradijeran, vimos testimonios guionados, amenazados y violentados. Estamos frente a una estructura desaparecedora, y lo mas grave es que acá no se encuentra a dos personas (Paula y su bebé en gestación). Es muy berreta continuar con la posición de que Paula sigue viva. Los imputados formaron un colectivo criminal", resumió el letrado.

En tanto, el fiscal sostuvo antes: "Se han reproducido todos los indicios que consideramos probatorios. La falta del cuerpo (de la víctima, que jamás se encontró) demuestra que fue un plan ilegal", alegó Trotta ante el tribunal y los nueve acusados. Para fundamentar su pedido de condena consideró demostrado que hubo relación amorosa entre Paula y el transportista timbuense Gabriel Strumia, y para eso mencionó los mensajes intercambiados entre Paula y un amigo, y un chat en el que quedó en evidencia que la esposa de Strumia, Roxana Michl, se enteró de que su marido tenía una amante y que estaba embarazada. Asimismo, consideró comprobado que el embarazo no deseado de la víctima generó un conflicto que llevó al desenlace final. Recordó detalles del día en que Perassi desapareció, la reunión en un bar de Timbúes entre Paula, Strumia y su camionero Antonio Díaz, la tarde previa a la desaparición de la mujer. En el mismo hilo, apuntó a los policías como "proveedores de impunidad" para Strumia y para su esposa, y versó sobre la relación amistosa preexistente entre el transportista imputado y el comisario Adolfo Puyol, acusado de encubrimiento.

Trotta afirmó que cuando Strumia llamó a las 21:54 de aquel día, ya se había llevado a cabo el aborto sin el consentimiento de Paula. También disparó contra el esposo de la partera Mirta Rusñisky, acusada de realizar la interrupción del embarazo de Perassi: evalúa acusarlo de falso testimonio por haber declarado que las pastillas de Oxaprost (de efecto abortivo) secuestradas en su domicilio de Timbúes las tomaba él para mitigar su gastritis.

También el fiscal prometió acusar al hijo de Strumia y Michl, Nicolás Strumia, por falso testimonio a la hora de explayarse sobre lo que ocurrió en su casa aquel día de la desaparición de Paula, y por declarar haberla visto tomando un ómnibus, cosa que se demostró que no ocurrió.

"Estamos ante una cofradía delictiva familiar", concluyó Trotta al explicar su pedido de prisión perpetua para los civiles imputados. "La fiscalía no encontró atenuantes de los delitos que se han acusado", finalizó.

Tras el alegato fiscal, la audiencia continuaría con los alegatos de los abogados defensores de los imputados.