Una fuga masiva de 200 reclusos ocurrió en una prisión en el estado de San Pablo, Brasil tras protagonizar un motín, iniciar un incendio y derrumbar una pared de cuatro metros de altura.

Al menos 200 presos huyeron después de participar en una revuelta en la que prendieron fuego a uno de los pabellones del Centro Penitenciario (CPP), una cárcel ubicada en la zona rural de Jardinópolis, localidad distante a unos 330 kilómetros de la capital estatal.

Un preso murió carbonizado a causa del incendio, mientras que los familiares señalaron que los reclusos se rebelaron por las condiciones de hacinamiento dentro de la prisión. Por su parte, la policía brasileña logró recapturar más de 80 presos que fueron trasladados a un establecimiento carcelario de Ribeirao Preto.

Los agentes aún buscan a unos cien prófugos, pero la información no fue confirmada ni desmentida por las autoridades, de acuerdo con los medios de comunicación locales. Los levantamientos son frecuentes en las cárceles brasileñas y las organizaciones internacionales de derechos humanos advirtieron sobre el hacinamiento de los reclusos como una de las principales razones de las sublevaciones.