El aislamiento social, preventivo y obligatorio implementado por el gobierno nacional para amortiguar el avance de la pandemia del coronavirus en el país tiene un impacto económico letal en los sectores más vulnerables de la sociedad.

A pesar de las medidas que Alberto Fernández anunció la semana pasada para ayudar a los que menos recursos tienen, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para trabajadores informales y monotributistas de las primeras categorías, en los barrios populares de Rosario se hace casi imposible llenar la heladera en cuarentena.

"La situación está bastante fea porque los compañeros al no salir a trabajar no tienen el sustento diario", comentó Mónica Crespo, referente de la Cooperativa de Trabajo Cartoneros Unidos, y agregó: "Si salen, la policía o Gendarmería los hace volver. Yo estoy de acuerdo con esto pero no es lo mismo el aislamiento cuando tenés la heladera llena que cuando no tenés ni para hacerle un mate cocido a los chicos", contrastó.

En diálogo con el móvil de Sí 98.9,  la recicladora comentó que la cuarentena se vive con "bastante nerviosismo" y afirmó que muchas personas están sin dinero para comprar los alimentos de la canasta básica.

La cooperativa de Empalme Graneros tiene en su sede, ubicada en Carrasco 2075, un comedor comunitario que entrega a diario más de 150 viandas para que los vecinos se lleven a su hogar. "La gente se arrima igual porque no tiene para comer en sus casas", expuso Crespo. Sus compañeros de agrupación reparten las raciones de comidas en las casas de las personas que no pueden incumplir el aislamiento por pertenecer a un grupo de riesgo (mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos, etc).

"Nos estamos ayudando entre todos, lo que más nos cuesta conseguir son productos de limpieza", señaló Mónica, y recordó los inconvenientes que tuvieron los últimos años con el gobierno nacional. "Si no nos cuidamos el uno al otro, esto nos lleva a todos", concluyó.