Bajar la persiana y borrarse. Esa mecánica comienza a convertirse en una triste tendencia de los tiempos que corren. Luego de lo ocurrido con la tradicional enoteca Rey de Copas, los dueños de otro clásico comercio de la ciudad optaron por el mismo camino. Este lunes, los trabajadores de la panadería Alcorta se encontraron con las puertas cerradas e iniciaron una protesta.

La primera señal sospechosa apareció la semana pasada, cuando en el local de calle Necochea al 1700 un cartel avisaba que el negocio se encontraba “cerrado por reformas”. Sin embargo, cuando este lunes el grupo de empleados de la panadería llegó al lugar se encontraron con que ya no había nada allí. Hasta se llevaron la maquinaria fundamental para la producción.

Entonces los trabajadores, aproximadamente una decena de personas, hicieron una denuncia en el Ministerio de Trabajo y comenzaron a dar los primeros pasos por vía judicial con sus abogados. En tanto, este lunes en la vereda de la panadería hubo protesta. Los empleados colgaron carteles acusando de “estafadores” a los dueños e incluso dejaron un número de teléfono a través del cual se puede colaborar con los damnificados.

La situación para los trabajadores de Alcorta fue complicada a lo largo de todo el año. Según los abogados, desde hace un largo tiempo varios empezaron a cobrar por día y ya no mensualmente.