Leonardo Caruana es secretario de Salud municipal desde mediados de la gestión de Mónica Fein en 2013, pero una década antes ya apostaba por la salud pública. Ganó peso dentro del gabinete y hasta se rumoreó como candidato del socialismo para la intendencia. Si bien no prosperó, sigue levantando la bandera máxima del socialismo y criticando fuerte los recortes del gobierno nacional, a quien acusa de entender a la salud pública como una mercancía.

¿Cuál fue el balance del año en el área de Salud municipal?

Fue un año complejo donde no sólo cambió la economía familiar con el estallido de la crisis. Eso hizo que debamos repensar la gestión, sobre todo en los últimos seis meses, con un reacomodamiento de nuestras prioridades para no dejar de asistir lo que no se puede dejar de asistir, sostener obras, y afinar con la Provincia los recursos tratando de interpelar las decisiones nacionales.

¿Se dio la particularidad de que se recibieron personas que antes estaban en el sistema privado?

Se dio una apertura de historias clínicas de unas 5.000 historias clínicas familiares que deben multiplicarse por cuatro miembros de la familia. En el último semestre vimos que el 60% corresponde a personas que perdió la obra social. Pero también quienes tienen obras sociales empiezan a compartir alguna prestación o medicamento con el sector público. Es decir que responde a un reajuste y reacomodamiento de la economía familiar a partir de los incrementos de la salud privada como coseguros, copagos, y buscan en el sector público algún tipo de prestaciones o medicamentos.

¿De qué manera afectaron las delegaciones o quita de recursos del gobierno nacional?

El gobierno nacional delegó responsabilidades en salud y discapacidad. Es decir que traspasan a las provincias las responsabilidades y con presupuestos congelados. Todo esto termina impactando en los presupuestos provinciales. Nos oponemos a la descentralización de la salud, porque ningún sistema de salud pública es sustentable si no hay responsabilidad nacional. Debe ser integral.

¿Es una cuestión ideológica o sólo política?

La pregunta es con qué definición queremos trabajar: ¿la salud es un derecho o una mercancía? Si es una mercancía dependen de la capacidad de pago de las personas y es individual. Y esta es la matriz ideológica de Cambiemos que toma a la salud, al trabajo y a la educación como variable de ajuste y que éstas se deban reacomodar en función de una normalización financiera. Para nosotros la Salud es un hecho social, colectivo e histórico, nadie está bien si el resto está mal. Es una construcción social, por eso en los países de mejor salud, el sistema es solidario.

¿Eso es lo que distingue a Rosario?

En Rosario no hicimos hospitales aislados sino un sistema de salud. Cuando uno piensa en un sistema, piensa en base territorial. No solo es inversión de dinero sino potenciar lo que cada hospital o centro de salud, puede dar en su zona. Esa es la diferencia con el resto del país. No hay que estar desconectados, esto es una red.

¿Qué le falta a Rosario en Salud?

Debemos seguir potenciando lo que hacemos. El ejemplo del parto respetado lo mostramos en algunas de las maternidades, debería ser en toda la ciudad. Y seguir pensando en problemáticas que son distintas a las de hace 30 años atrás. En esa época los problemas frecuentes eran las enfermedades infectocontagiosas, después las crónicas no transmisibles (diabetes, cardiopatías, hipertensión), y hoy son las problemáticas sociosubjetivas, de consumo, y es necesario reacomodar las instituciones con ofertas que alojen soluciones pero desde abordajes nuevos, no bajo una lógica tradicional de estar en cama como se atiende una neumonía. Son desafíos de la gestión.