Encerrados en sus casas, sin poder salir ni siquiera a hacer un mandado. Atentos al pedido de auxilio de algún vecino pero sin distanciarse demasiado de su domicilio. Con temor e indignación. De esta forma viven desde hace dos meses los habitantes de calle 2146 y el pasaje 2137, en barrio Tío Rolo.

Aunque la descripción inicial de la nota pueda ser atribuida a un barrio que padece los enfrentamientos entre bandas que se disputan un territorio para la venta de drogas; en este caso, el encargado de impartir terror es el propio Estado.  

"Nos dan miedo dejar los domicilio porque pueden enterarse y venir a tumbar todo. Estamos resistiendo y defendiendo los derechos de los niños, lo único que queremos es una vivienda digna", afirmó angustiado Juan José, vecinos del barrio Tío Rolo, en diálogo con Rosarioplus.com.

Hostigamiento a vecinos en Barrio Tio Rolo

Según explicó el habitante del popular barrio de zona sudoeste, desde hace dos meses sufren el hostigamiento de personal de Control Urbano, personas de civil y agentes policiales, tanto provincial como federal. Día por medio, los empleados estatales llegan a la intersección de calle 2146 y pasaje 2137 para amenazar a los vecinos y llevar adelante la rotura de viviendas y el robo de materiales.

"Hace dos meses que empezaron estos actos de increpación por parte del personal de la GUM, policías y personas sin ningún tipo de identificación", recordó Juan José y comentó que "día por medio" se hacen presente los agentes en la zona para hostigar a los vecinos y derrumbar viviendas. "Tumban las vallas (cercos de las casas) y se llevan todo. No es que desalojan y se van. Se llevan todo el material que la gente, con el IFE o con lo que venden en el día a día, compra para levantar su casa", señaló.

Barrio Tío Rolo: vecinos denuncian hostigamiento policial y municipal

Sobre los argumentos de los hostigadores, el vecino contó que ante la demanda de respuesta solo responden con violencia o silencio: "Les pedimos que nos muestren algún tipo de orden que avale todo el movimiento que ellos hacen, pero no te dan motivos, no te da respuesta".

A través del diputado provincial del Frente Social y Popular, Carlos Del Frade, los habitantes de Tío Rolo elevaron a la Cámara Alta santafesina un escrito para solicitarle al Ministerio de Seguridad que tome cartas en el asunto ante el accionar de las fuerzas de seguridad pública en el territorio. De igual manera, se presentó un documento en el Concejo Municipal para denunciar a los agentes de la GUM y Control Urbano, los cuales ya fueron identificados, por el hostigamiento y falta de claridad en sus actos.

"Hace aproximadamente tres semanas le rompieron absolutamente toda la casa de material a un muchacho. No les importó que tenga un hija con discapacidad, le tumbaron todo a mazazos y le llevaron las cosas (puertas, ventanas, etc)", lamentó el vecino de Tío Rolo y continuó: "El otro día vinieron a mi domicilio, nosotros nos habíamos ido a hacer un mandado, y los vecinos se tuvieron que parar frente a mi casa para que no la tumbaron. Ellos llegan con el argumento que si no hay nadie adentro te la tiran abajo".

Demolición de una viviendo en Barrio Tio Rolo

El basural que había en el terreno baldío de calle 2146 y pasaje 2137 se convirtió en una cuadra más del humilde barrio de zona sudoeste abril pasado, cuando los vecinos comenzaron a limpiar el predio y construyeron sus viviendas, con la compra previa de la tierra donde emplazarían su hogar. En el lugar viven doce familias, entre las cuales se destacan dieciséis niños, cuyas edades varían entre los cero y trece años, y veintiocho personas adultas, conformando una población de cuarenta y cuatro personas.

"La mayoría de los vecinos son personas oriundas del barrio que por la pandemia se quedaron sin trabajo y se establecieron acá", comentó Juan José y aclaró: "Esto no es una toma, una usurpación, la mayoría de las personas compramos los terrenos, tenemos el boleto de compra/venta de una persona que nos vendió la tierra". Algunas edificaciones que se levantaron en el terreno tienen servicios de luz y agua y paredes de material, otras se construyeron con maderas y chapas.

En cuanto a los motivos por los cuales el personal municipal y policial insiste con un desalojo del terreno, el hombre expresó: "Nadie nos sabe explicar si esto es privado o municipal, no te dan respuesta de nada. No tenemos acceso ni siquiera a quién es el dueño legitimo de todo esto".

"Es un barrio humilde, somos todos laburantes. Hay mujeres que son jefas de familia que trabajan limpiando casas, otros se la rebuscan recolectando cartón o aluminio. Muchas nos dedicamos a lo que es elaboración y venta de productos en nuestra casa", indicó Juan José y ejemplificó: "Una de las casas del barrio tenía un horno de barro, con el cual un hombre hacía pan casero para vender. Un día la Municipalidad vino y se lo tumbó. Hoy se encuentra sin trabajo porque le destruyeron su herramienta".

Por último, el trabajador expresó su malestar por la situación que le toca vivir desde hace dos meses: "Te vas a dormir mal porque no sabés si te levantás y tenés a Control Urbano afuera tratando de tumbar todo". "Exigimos respuestas, nadie los trata mal ni con violencia, solo le hablamos", indicó Juan José y finalizó su relato con un triste hecho: "Ayer (lunes) le tumbaron la casa a una chica que estaba en el hospital porque había llevado a su hijo a atenderse. Cuando llegó y vio eso quedó debastada. Se llevaron todo, maderas, chapas, tirantes, quedó en la calle".