La veda que impuso la Justicia rosarina a la pesca comercial y deportiva desde la semana pasada y hasta el 31 de marzo puso en veredas opuestas a pescadores –que este lunes volvieron a protestar– y las organizaciones ambientalistas que habían promovido la acción judicial.

Los pescadores reclaman volver lo más pronto posible a su trabajo y no aceptan ningún tipo de ayuda ni subsidio. Por parte de la Provincia se espera una apelación que podría darse en las próximas horas.  

Desde la ONG El Paraná No Se Toca, una de las organizaciones que impulsó la medida judicial, dicen entender la situación de los pescadores y sostienen que el problema “es grave debido a la falta de políticas para el sector”. 

“Los pescadores saben que el recurso está bastante es escaso, difícil y que peligra, ellos lo saben bien”, señaló Romina Aguaras, abogada y referente de la agrupación ambientalista. Y sostuvo que quienes presionan a los trabajadores de río son los frigoríficos quienes piden más materia prima  y por eso que “deben pescar más”

“Entendemos su situación,  pero creemos que acá el problema es que la provincia no supo gestionar protegiendo a la fauna ictícola”, apuntó Aguaras sobre la relación que la ONG mantiene con los pescadores.

“Entendemos que necesiten vivir, la responsabilidad es política y nos enfrentan con la productividad y acá el que se lleva la plata es otro, en este caso son los frigoríficos”, agregó. 

La abogada contó que en la organización pensaron una posible solución a la difícil situación que enfrentan los pescadores, que generalmente forman parte de una economía básica y de subsistencia. El planteo es la creación de un fondo anti cíclico que se establezca durante las vedas y que formaría parte de los excedentes de los frigoríficos encargados de la exportación y el proceso de la pesca.

La referente indicó además que esto podría implementase de varias formas, incluso con un sistema de retenciones, como funciona en el agro, para que después el Estado pueda responder con celeridad.   

El río está bajo hace más tres años, no sólo por el clima y la falta de lluvias, sino porque se atraviesa uno de los picos más bajos desde hace cien años. “En estas condiciones los peces no pueden reproducirse, tiene que haber aguas altas. No habiendo lagos y lagunas, los alevines crecen ahí, y todos los peces quedan concentrados en el canal principal, la pesca se hace muy fácil y genera un daño enorme”, lamentó Aguaras. 

“La situación natural de los peces es complicada y la provincia nunca tomó una medida al respecto. Somos uno de los pocos países que exportan pescado de río, ese recurso es requerido por otras naciones de América Latina y se usa para hacer otros alimentos o forrajes”, expresó.  

En cuanto al fallo, la ambientalista comentó: “El juez le dio a la provincia varias instancias para que den soluciones operativas, la provincia negó todo, pidió una nueva audiencia el juez y se presentó sólo una abogada, no presentaron biólogos ni técnicos”.