El caso de una pareja que dejó a sus cuatro hijos encerrados en su vehículo en pleno microcentro para hacer sus compras navideñas, puso en tela de juicio los costos del fervor consumista que se vive en estos tiempos y que se profundiza en fechas en las que lo comercial se impone.

Las compras marcan el ritmo, hay que aprovechar las ofertas. No hay tiempo que perder. Y si el consumo no puede esperar, entonces todo el resto sí. En ese resto también entran los niños y el registro de sus necesidades.

Los cuatro pequeños fueron encontrados con signos de sofocación y sus progenitores terminaron en la comisaría con una imputación penal por abandono de persona. En diálogo con Rosarioplus.com, la médica pediatra Mirta Guelman, una de las diseñadoras de la currícula del postgrado de abogacía en Derecho de Familia, se refirió al incremento de casos de este tipo.

“Pareciera ser un signo de este tiempo, la falta de empatía hacia los niños. Los tiempos nos lo marca el consumo, se corre atrás de las ofertas y el consumo de objetos termina impidiendo consumar la vida”, expresó la especialista.

“Hay una desvalorización del vínculo con los chicos, no hay registro de sus necesidades y esto es una forma de maltrato”, sentenció Guelman, quien además afirmó que “estos casos suelen ser más comunes en progenitores que tiene muchos hijos, y que se ven desbordados y dejan de tomar decisiones que contemplen a los menores”.

Además sobre el caso especificó que “si es cierto que la madre de los menores se defendió diciendo que estaban bajo el cuidado de la nena de diez años, no es argumento posible”. Y aseveró que “aunque sea una práctica extendida – dejar a los hijos al cuidado del hijo mayor que suele ser un preadolescente también - en todos los casos estamos hablando de menores a los que no se los debe cargar con la responsabilidad del cuidado de sus hermanos. Esto es también un maltrato”.

La especialista concluyó que “hay una falta de empatía reinante, que es justamente el ponerse en el lugar del otro. Esto es preocupante porque la empatía es el camino hacia la ética, entonces es preciso hacer una pausa, alejarnos de los tiempos que se nos imponen y preguntarnos qué sociedad, qué niños, queremos educar y en qué valores”.