El 31 de enero de 2019 a las dos de la mañana, desconocidos balearon una casa en el centro de Rosario, a pocos metros del Monumento a la Bandera. Se trataba del domicilio familiar de Marina M., funcionaria del Poder Judicial que venía recolectando información sobre el lavado de dinero de la banda liderada por Esteban Alvarado. Pocas horas después, el propio investigado buscaba en su teléfono información sobre ese atentado.

El dato se ventiló este martes, en la décima jornada del juicio que se viene llevando adelante en el Centro de Justicia Penal contra Alvarado y otros seis hombres. Quien declaró fue Franco Arana, jefe del departamento de Análisis Digital Forense del Organismo de Investigaciones del MPA. Que ante las preguntas del fiscal Matías Edery, fue revelando qué páginas se habían visitado desde el I Phone 8 que el presunto líder narco que está sentado ahora en el banquillo de los acusados tiró al río cuando fue detenido.

El experto en informática forense contó que entre las 13 y las 17 de ese mismo 31 de enero, Alvarado había hecho búsquedas con fruición sobre el impacto periodístico del atentado contra Marina M. Así, ingresó en varios portales de noticias rosarinos, haciendo siempre click en la sección Policiales y en las notas sobre la balacera.

Además, Arana brindó detalles sobre fotos que había recibido Alvarado por Telegram en la previa del ataque a balazos a la funcionaria del MPA. Los disparos se habían hecho desde un VW Up color gris, con una patente similar a la que usaba en ese momento Rodrigo Ortigala, que había sido socio de Esteban Alvarado entre 2010 y 2012, hasta que éste último se juró arruinarle la vida por una relación afectiva que habían descubierto entre su amigo y su esposa.

Las imágenes en el teléfono del líder acusado por el atentado fueron usadas por los fiscales como evidencia para demostrar la hipótesis de que Alvarado mandó a robar un auto del mismo modelo que usaba Ortigala, para luego emponcharlo con un dominio y color que permitiera desviar hacia esa persona la responsabilidad del ataque.