Paula Ravaioli vive junto a su marido y sus tres hijos pequeños en la calle Schweitzer del barrio San Eduardo, en la zona oeste de Rosario. Denunció que, a pesar de una mediación judicial de hace años, la Empresa Provincial de la Energía realiza obras para instalar columnas con cables de alta tensión frente a su vivienda, así como frente a otras 250 familias, una escuela y un jardín de infantes de 500 alumnos.

“Estos cables pasarán a siete metros de distancia, cuando deberían estar a 200 metros”, indicó en diálogo con Rosarioplus.com, al tiempo que se mostró preocupada por comentarios de vecinos que aseguraban que “la radiación de estos cables es dañina para la población, y podría provocar enfermedades en los chicos”.

Representantes de la Empresa Provincial de la Energía, consultados por Rosarioplus.com, aclararon que “como toda obra provincial, estos cables estarán bajo la ley y su reglamentación medioambiental, y si se planifica aplicar en calle Schweitzer es porque no hay otro lugar donde instalar estos cables de alta tensión que abastecerán a toda la provincia”.

Aclararon que la radiación de estos cables “es similar a la de un secador de pelo", y que instalar una línea subterránea "no sería viable", ya que ésta pasaría "a sólo un metro de distancia”.

Sin embargo, Ravaioli aseguró que existen informes realizados por ingenieros ambientales y médicos donde precisan “las consecuencias de vivir bajo un cableado de alta tensión, que puede generar un choque eléctrico con una mínima rama de un árbol o acercando cualquier elemento metálico”.

Asimismo, citó una ordenanza que prohibe que cables de alta tensión pasen por la puerta de hospitales y escuelas, y advirtió que este tendido pasará por la puerta del un colegio privado y un jardín de infantes.

Según Ravioli, “este conflicto existe desde hace 16 años, y se firmó un acuerdo entre la EPE y los vecinos que convino que toda obra deberá hacerse luego de una asamblea pública”. Sin embargo aseguró que “no nos han llamado a una reunión, y a eso se suma que para las obras deben realizar un estudio de impacto ambiental que lo habilite, y el que tienen se remonta al comienzo del conflicto, cuando no existía la escuela en esta calle”.

De esta forma, los vecinos reclamaron que se realice un nuevo estudio de impacto ambiental, que hasta ahora no recibieron. Y durante el comienzo de las vacaciones de invierno se encontraron con la noticia de que las obras de encamisados y armado de las columnas se estaban retomando.

Es que Paula asegura que “cada tres o cuatro años la EPE aprovecha las vacaciones para volver a avanzar en las obras, porque aprovechan que hay menos movimiento frente al colegio y que hay feria judicial que evita cualquier recurso de amparo que podamos hacer”.

Ahora la familia de Paula, así como el colegio privado, tienen empotrado a siete metros de sus puertas columnas de cables de alta tensión. “Cuando pregunté a los obreros qué estaban haciendo me dijeron que eran columnas para el alumbrado público, y ahora vemos que no era así”, indicó.

La instalación de las líneas de alta tensión aéreas fue aprobada desde el gobierno de Miguel Lifschitz cuando era intendente de Rosario, y los vecinos llevaron su reclamo a la justicia. Finalmente la mediación de un juez dispuso que la obra continúe, pero los vecinos al ver el avance de los trabajos continúan desconfiando de los efectos que pueden ocasionar estos cables.

Lo que dice la EPE

El gerente general de la EPE, Marcelo Cassin, aclaró que “la obra debe hacerse en el marco de la sentencia judicial que así nos obliga. Nosotros tenemos una medida autosatisfactiva del juzgado del distrito nro. 18, de marzo del 2015. Estamos obligados a cambiar a calle Schweitzer donde está la actual traza de línea de 132KW que pasa por el barrio de Aldea, por sentencia judicial”.

Esa medida judicial, asegura Cassin, redefinió la traza, para la cual asegura que “se pidieron todos los permisos correspondientes de estudio de impacto ambiental”.

Finalmente aclaró sobre la peligrosidad de dichos cables: “La emisión electromagnética de una línea de estas características en la proximidad de la línea, está entre 1 y 20 microtelas. Esto para que tengamos idea, la Federación Mundial de la Salud dice que para una generación continua, el piso limite son 100 microtelas. Para una  exposicion laboral estamos hablando de 500 microtelas y existe total y absoluto convencimiento, del instituto nacional de cáncer de Estados Unidos, y de otras organizaciones como la organización mundial de la salud, y la comisión de protección contra emisiones ionizantes”.

El representante de la EPE aseguró que, de esta manera, “en casa, con el microondas, con el teléfono celular, con un horno eléctrico, con un equipo de música la contaminación desde el punto de vista electromagnética es mucho mayor”.