Una bomba de estruendo estalló a centímetros de un niño de 10 años y le causó graves heridas que lo mantienen hospitalizado con pronóstico reservado. El incidente ocurrió en la localidad de Oliveros, durante los festejos de Navidad, y estremeció a esa comunidad por un hecho que pudo ser más trágico, causado por la manipulación de pirotecnia pese a la prohibición vigente.

Hacia las 3 de la mañana del miércoles pasado, un grupo de chicos prolongaba la celebración en una plazoleta de este pueblo situado sobre la ruta 11. En circunstancias del momento, en el grupo apareció una bomba de estruendo. Se pusieron a encenderla sin tomar dimensión del riesgo, y en esas circunstancias el artefacto estalló casi en el rostro mismo de un niño de 10 años, de los que participaba del festejo.

La detonación causó graves quemaduras, sobre todo en los ojos, y conmoción auditiva. Los padres lo llevaron al centro de salud local, para los primeros auxilios, y de allí fue derivado en ambulancia al Hospital Granaderos a Caballos, de San Lorenzo, para una mejor atención dada la seriedad del cuadro. Desde entonces, su pronóstico es incierto.