La familia de Jorgelina vive un momento de mucha tensión luego de que este martes fueran víctimas de una feroz balacera a su casa y a su auto, cuando ella trabajaba al volante de un taxi . Su madre y su hija de cinco años se agacharon cuando escucharon las balas y salieron ilesas de casualidad.

Un total de 13 balas impactaron, nueve en su Citróen, dos en la pared y ventana de su vivienda y una en la de sus vecinos de al lado, y si bien desconoció quiénes son los autores, precisó en diálogo con este medio que el lunes había recibido una amenaza de dos hombres que ‘devuelva la casa al Mono’.

“El lunes tocaron la puerta y me dijeron dos hombres que no conozco que si yo era Jorgelina y que la casa se la devuelva a un tal Mono. Yo les dije que estan equivocados, que esta casa es mía y no conozco a ningún mono, cerré la puerta y me dijeron ‘vas a tener noticias nuestras’. Pero nunca pensé que me iban a balear la casa. Hace 10 años que vivo acá, y es mi propiedad, y no me van a sacar. No sé si serán narcos o quiénes, pero ya supe de vecinos de la vuelta a los que echaron los narcos”, aseguró.

Los que balearon fueron vistos en ese momento por los vecinos, y le dijeron a la joven que los atacantes de este martes eran dos y se desplazaban en un Ford Focus gris o negro, y que “no son del barrio porque cuando se escaparon por Lima debieron pegar la vuelta en una cortada”.

Consultada sobre la hipótesis de que fuera realmente una amenaza narco, precisó: “Para mí no son los Monos, lo tiran para amedrentar, porque saben que esto esta pasando en muchos lugares de la ciudad”.

Reclamo a la Fiscalía

Jorgelina se enteró por el llamado de una compañera alrededor de las 20 del martes, y se fue rápido a ver como estaba su familia. Se disgustó que luego de haber denunciado al 911, la policía tomó nota, levantó las vainas y se fue, dejando solas a esta familia de mujeres, y “ningún fiscal llamó ni se acercó a ver cómo estábamos”.

Es por eso que adelantó a Rosarioplus.com que este miércoles por la tarde se acercará al MPA para reclamar una custodia para poder vivir más tranquilas, y advirtió que “si no soy escuchada, voy a pedirles a las taxistas de She Taxi y haremos un reclamo público, porque alguien nos tiene que proteger”.

La joven destacó que su madre es una persona mayor con presión alta, y que su nena está asustada, y no quiere llevarla al colegio por temor a que le hagan algo, porque “no sabemos si no vieron mis movimientos”. Por lo pronto aseguró que no se puede vivir "trabajando en la calle con la inseguridad tremenda y llegar a tu casa, y sentir que ahí tampoco estás segura".

Como la joven taxista es miembro de She Taxi, se le consultó sobre la posibilidad de que esta amenaza tenga que ver con el conflicto que tienen las mujeres taxistas con los sindicatos que no quieren su existencia por supuesta competencia desleal. “Podría ser pero no tengo certezas, yo participo de la Secretaría de Género del Sindicato de Peones, y la semana pasada comencé un programa radial que busca la igualdad de derechos. No lo relaciono yo, pero hoy un compañero peón me dijo ‘no será esto porque ustedes estan rompiendo las bolas con el género’? Y ahí pensé en la posibilidad de que haya sido un ex peón que hace cuatro meses nos amenazó a varias por mensajito y que después dejó de trabajar”.