Los jueces Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y José Luis Suárez decidieron por unanimidad condenar a tres de los cuatro imputados por la muerte de Carlos Bocacha Orellano. El tribunal los encontró responsables de un homicidio preterintencional. Las condenas no cumplieron la expectativa de lo solicitado por la Fiscalía y la familia ya advirtió que apelará la decisión del tribunal. "Si ustedes tienen familia o hijos, deben saber que en Rosario matar es gratis”, dijo Edgardo Orellano, papá de la víctima, una vez conocida la sentencia.

"CJP - Centro de Justicia Penal de Rosario" ( Transmisión en vivo desde sala de audiencia).

El policía Gabriel Julio Nicolossi recibió la pena de doce años de prisión y su colega Karina Gómez, nueve. El patovica Emiliano Oscar López fue condenado a seis años. El empleado de seguridad privada Claudio Fabián Maidana resultó absuelto. Las penas fueron mucho más bajas que las pedidas por el fiscal Patricio Saldutti: se habían solicitado 17 años de prisión para los patovicas y 19 para los policías que hacían adicionales esa noche. 

La mirada de la Fiscalía en cuanto al fallo  

Tras el fallo, el representante del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Patricio Saldutti, destacó que considera positivo que el tribunal haya respaldado la teoría presentada por la Fiscalía. En particular, se refirió a la existencia de tres secuencias violentas contra la víctima fuera del boliche, la última fue la que resultó letal: una agresión física contra la baranda del río. “La víctima, acorralada, no tuvo más opción que saltar a las aguas, donde finalmente murió ahogado”, dijo el Fiscal.

Asimismo, Saldutti manifestó tener divergencias con el tribunal debido a que solicitó la condena por homicidio simple con dolo eventual, mientras que la sentencia final para tres de los cuatro acusados fue por homicidio preterintencional y abandono de persona seguido de muerte. Sin embargo, dijo que “es importante tener en cuenta que se trata de una decisión jurídica y que aún no se conocen los fundamentos de la misma, por lo que no se puede aventurar sobre la decisión de los magistrados”.

El dolor de la familia

Con indignación y en desacuerdo por las bajas condenas que recibieron tres de los cuatro acusados por el asesinato de su hijo, Edgardo Orellano criticó la actuación de los jueces del tribunal de primera instancia y anunció que presentarán una apelación al fallo. “Si ustedes tienen familia o hijos, deben saber que en Rosario matar es gratis”, expresó al salir de la audiencia en el Centro de Justicia Penal de la ciudad.

Edgardo, conmocionado, expresó su indignación: "A diario, la policía utiliza sus armas para matar a jóvenes inocentes, y después estos agentes son liberados por el sistema judicial. Resulta inaudito que Emiliano López, quien además enfrenta cargos por narcotráfico, solo haya recibido una sentencia de seis años. Y ni qué decir de Karina Gómez, quien cuenta con una tobillera electrónica y puede seguir disfrutando de la compañía de sus hijos. En verdad, los jueces no justificaron en absoluto su decisión".

En ese sentido, insisto en que van a apelar el fallo, ya que consideran que no es justo que a cuatro individuos que cometieron un homicidio se les imponga una condena de seis años, “mientras que por robar una gallina se puede recibir una pena mucho mayor”.

En un ambiente tenso y rodeado de otros familiares y amigos de "Bocacha", su padre expresó con dolor que esperaba penas "de 18 o 20 años". Además, agregó que nunca pudo haber imaginado que Maidana sería absuelto. "Él sabía dónde estaban los puntos oscuros de las cámaras donde torturaron a mi hijo", afirmó. "Rosario es la capital del narcotráfico y la injusticia. Es hora de que el pueblo salga a la calle y se haga valer. ¿Quién elige a estos jueces para que cobren dos millones de pesos y hagan estas cosas? Matar en Rosario es gratis".

Cómo fue el asesinato de Bocacha 

El 24 de febrero de 2020 Carlos "Bocacha" Orellano, de 23 años, salió a bailar con amigos al boliche Ming, en la zona de La Fluvial. Dos días después, su cuerpo apareció sin vida en el río Paraná. Tras intensas búsquedas hallaron su cuerpo en las aguas del Paraná, no muy lejos de donde había estado esa noche. Su muerte tiene como acusados a dos policías y los dos "patovicas" que custodiaban el boliche.

El asesinato prendió un fuego imposible de apagar dentro de quienes querían a Carlitos. Un centenar de jóvenes conformaron la Asociación Civil Carlos Bocacha Orellano que realiza actividades sociales en barrio Empalme Graneros. Una apuesta para mantener viva la memoria de este joven caído por la brutalidad de las fuerzas de seguridad, escenario que se hace carne en los barrios populares, donde las prácticas de violencia institucional forman parte del paisaje.

A tres años de la muerte de Bocacha Orellano la familia sigue reclamando justicia