Detrás de la masacre que conmocionó a la ciudad de Santa Fe este viernes está un efectivo del Servicio Penitenciario de Santa Fe. Facundo Solís. Si bien inicialmente se había informado que el agente pertenecía a un grupo especial, desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe se informó que trabajaba como “operador” en traslados de reclusos en la ciudad de Rosario.

Solís había ingresado a la fuerza el 11 de Octubre de 2005, por lo que tenía 12 años y 2 meses de antigüedad. No tenía antecedentes penales ni psiquiátricos y tuvo dos sanciones por hechos menores a lo largo de su carrera, la última en el 2015. En tanto, no registraba suspensiones, que es la falta más grave, y el Servicio Penitenciario no fue notificado de una restricción de acercamiento.

El fiscal Gonzalo Iglesias, a cargo de la causa indicó en conferencia de prensa que sobre Solís pesaba una denuncia del 3 de diciembre, por lesiones leves, por parte de su ex esposa. Aunque el funcionario judicial advirtió que la mujer "expresó su deseo de no iniciar una acción penal". Aseguró también que es la "única denuncia" sobre la que tienen conocimiento.

Una de las vecinas del barrio, que se identificó como Liliana, sostuvo que imaginaba que podía suceder una situación como la de hoy porque Solís "era muy agresivo". "Lo habían sacado de la casa porque tenía una (orden de) restricción para acercarse a su familia. Era conflictivo con ella y con los vecinos, siempre. La señora había hecho denuncias porque era muy agresivo", señaló a la prensa.

La mujer, que vive en cercanías a las casas de las víctimas, completo diciendo: "Imaginábamos que podía llegar a pasar algo así".

Por su parte, un vecino que se identificó como Cristian dijo que ingresó a las casas donde se cometieron los homicidios. 

"Vi una carnicería, una película de terror", remarcó el hombre, que reflexionó: "No sé por qué tanta alevosía, no se lo merecían, eran muy buenos vecinos". Acerca de la relación de pareja, el vecino contó que los problemas databan de unos siete años y que Mariela había denunciado a su ex pareja hace 10 días, por lo que pesaba una orden judicial de impedimento para acercarse a la casa de su ex.

"Como una paradoja, ella trabajaba en un sector de Derechos Humanos y siempre defendía y le aconsejaba a las mujeres golpeadas que denunciaran, que había un aparato jurídico, que no se dejaran pegar, que basta de femicidios, Ni Una Menos y termina muriendo así", afirmó.

Cristian sostuvo que "Mariela era hostigada en todo momento, presionada por los golpes y las amenazas" por parte de su ex pareja, que siempre le decía: "Te voy a matar, te voy a sacar la cabeza, te voy a asesinar, y lo demostró". "No lo paró una medida de distancia de un fiscal, no lo paró un juez, no lo paró una comisaria", opinó el policía.

También dijo que nunca entendió cuáles eran los filtros para ingresar al Servicio Penitenciario al que Solís pertenecía, ya que, pese a que evidentemente tenía problemas, podía portar un arma.