Gabriel P. tenía 29 años y falleció este lunes en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), a dónde fue trasladado tras sufrir graves quemaduras. El joven era paciente psiquiátrico en colonia Oliveros, a 50 kilómetros de Rosario y al momento del incendio se encontraba atado a una camilla de pies y manos tras sufrir un episodio de esquizofrenia. Según las primeras investigaciones, se estima que en estado de indefensión lo atacó otro interno. 

El hecho ocurrió el martes 8 de marzo, pero tomó trascendencia en esta semana tras el triste desenlace. Ese día Gabriel había sufrido un episodio de esquizofrenia por lo que desde la institución médica procedieron a atarlo a la camilla.

Además le avisaron a su familia que habían hecho esto, según relató Tamara, la hermana del joven. “Él entraba en crisis cuando discutía con alguien. Le daban medicación todos los meses para mantenerlo controlado”, sostuvo.

“En un momento –prosiguió la mujer–, la enfermera se fue. Cuando regresó, mi hermano estaba prendido fuego. Intentó apagar las llamas con la mano. No pudo. Buscó una jarra con agua y se la tiró. Como el fuego era grande, buscaron un matafuego, que no sabemos si estaba lejos del lugar”, aseguró la mujer.

Al día siguiente, el 9 de marzo, el joven ingresó con el 25 por ciento del cuerpo quemado al HECA. “Tenía heridas de tercer grado en el lado derecho del torso y en la ingle. El domingo pasado a la noche empezó con fiebre, empezó a no tener saturación de oxígeno en sangre, por lo que lo intubaron y lo mandaron a terapia intensiva, pero murió a los pocos minutos”, resumió Tamara.

Gabriel sufrió graves quemaduras de las que no se pudo recuperar y terminó muriendo en la madrugada del último lunes a la madrugada en el HECA. La Justicia ya investiga las circunstancias del hecho, mientras que la familia responsabilizó al instituto de salud mental. Además, aseguró que el personal apagó las llamas del cuerpo con un matafuego.

“No quiero que haya otro Gabriel P. Que una persona tenga problemas mentales no da derecho a maltratarla. Él quería ser tratado. La mayor parte del tiempo estaba lúcido. Sus ataques se daban cuando discutía con otra persona, como pasó acá. A mi hermano lo mató la irresponsabilidad, el abandono y la falta de control. Ahí claramente otro paciente tenía una vela, fósforos o un encendedor”, finalizó Tamara.

La investigación del caso es llevada adelante por la fiscal Melisa Serena de la Fiscalía de San Lorenzo, quien ordenó la autopsia para este jueves a la mañana. La familia del joven hizo esta semana una presentación ante un Centro Territorial de Denuncias para que se avance en la presunta responsabilidad de la clínica psiquiátrica en el hecho.