Máximo Thomsen pidió declarar este lunes luego de quebrarse en llanto al escuchar a su madre. El imputado admitió haber “tirado patadas” pero dijo que no sabe ni a quién ni a dónde. También declaró que “jamás” tuvo intenciones de matar.  “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien. Escuché varias cosas sobre mí varios años. No reconocía porque generaban tanto odio hacia mi persona, yo jamás en la vida tendría esa intención”, dijo.

Máximo Thomsen es el acusado de pegarle la patada mortal a Fernando Báez Sosa. Después de escuchar la declaración de su mamá, pidió hablar y aseguró: "Es algo que nunca en la vida hubiese buscado. Jamás en la vida hubiese sido mi intención. Quería hoy en este lugar dar la realidad de lo que pasó eso día, esa noche”.

“Aprovechamos la playa desde temprano. Pude comprar las diez entradas para Le Brique. Volví, seguíamos tomando, comimos y nos pusimos a preparar para ir a la previa. Llevamos una botella y hielo, había mucha gente de Zárate. Como a las 3.30 nos fuimos para poder entrar en el boliche. Yo fui el primero que entré con uno de los chicos y fuimos a la barra a cambiar la consumición”, relató.

Thomsen dijo que en el boliche “había mucha gente” y que se dificultaba caminar en el lugar con las bebidas en las manos. “En ningún momento saqué el celular porque no lo quería perder. Había tanto movimiento que se volcaba el vaso”, explicó. "En un momento digo ‘Basta de empujar’ y alguien me responde ‘estamos todos en la misma’. Cuando termino de escuchar eso, alguien me empuja. Era un amigo que tenía un chichón. Uno lo agarró del cuello, era de seguridad, y le pedí que lo soltara. Entonces [el de seguridad] dice ‘sacalo a él también’”.

“En el revoleo, tiro las manos hacia arriba para sacármelo de encima porque me estaba asfixiando”, relató y aseguró que escuchó decir: “Llévenlo a la cocina que lo cagamos a palos”.

Cuando salieron a la calle, Thomsen aseguró que insultó al boliche porque lo habían sacado. Ahí se encontró con sus amigos y en un momento ve que uno de ellos “se estaba por meter en una ronda de gente desconocida”. “Salgo detrás de él y me pegan una piña en la cara. Reacciono tirando patadas. No sé a quién, no sé a donde. Pero nunca con intención de matar nadie. Lo único, me metí a pelear porque era una persona contra muchos. Vi una ronda con mucha gente”, dijo sobre el momento de las agresiones. ”Siento que alguien me pone la mano en el pecho, es un amigo y me dice basta. Me di vuelta y me fui, me sigo yendo. Uno de los chicos dice que terminó mal. Yo digo: ‘¿Cómo? Si fueron segundos’”.

El imputado aseguró que después del boliche se fue a dormir porque para él se trató de “una pelea, un abrir y cerrar de ojos”. Lo despertaron avisándole que la policía estaba afuera buscándolos. "Nos preguntaron si salimos, si nos habíamos peleado. ‘Sí’, Cuando estábamos todo en el piso (la policía) nos dice: '¿Ustedes saben por qué están acá? Ustedes mataron un pibe'. Ahí me empezó a dar vueltas todo en la cabeza y me puse a vomitar, pero yo hasta el día siguiente no lo creía, mi cabeza no lo podía procesar porque yo no lo entendía”, relató.