Más allá de la gran cobertura mediática que tuvo este lunes la subasta de bienes vinculados a las bandas narcos rosarinas, solo uno de los ocho inmuebles ofrecidos fue vendido en el remate. La previa había sido por demás de interesante con más de 100 interesados inscriptos, pero todo se desinfló en la tarde ya que en la presentación solo asistieron doce oferentes a los que se le sumó público en general: la sala solo se ocupó con 30 personas  en un recinto del Centro Cultural Provincial en la ciudad de Santa Fe con capacidad para más de cuatrocientos asistentes

El secretario de Justicia de la provincia, Gabriel Somaglia, habló con los medios tras la convocatoria. Según expresó, la baja asistencia y poco interés en la compra de estos bienes “no es tomado como un fracaso”, pero si activa las luces de su dependencia para buscar alternativas y “analizar por qué pasó”, además evaluar si esta forma convencional de convocatorias es la correcta para este tipo de bienes.  

De las ofertas, el único inmueble que logró venderse en la subasta fue un campo ubicado en Coronel Bogado que cuenta con diez hectáreas y que su precio final fue el establecido en la base por la autoridad competente que había  fijado 14.800.000 pesos.

Tweet de Secretaria de Justicia Provincia de Santa Fe

En tanto, los inmuebles por los que la subasta fue declarada desierta son terrenos, departamentos, casas y cocheras, con ubicación en Funes, Roldán y Rosario, y su valuación toral es de 213 millones de pesos.

Con esta subasta el Gobierno esperaba duplicar la recaudación y confiaban que se podía llegar a más de 400 millones de pesos. Esta subasta tenía como característica ser la primera en el país que colocaba en oferta inmuebles decomisados vinculados a la actividad narco.

"Puede haber incidido el origen tan promocionado en los últimos días por todos los medios de prensa. Además, los valores son elevados, mucho más que los que se plantean para los rodados ", aseguró Somaglia.

Para el funcionario el hecho de ser un inmueble repercute en la posibilidad de venta. Entendiendo que un auto, por ejemplo, puede ser trasladado a cualquier parte por su propietario con nuevo dominio y nueva chapa patente, situación que no se puede hacer con un departamento o una casa.

 A partir de lo sucedido, el funcionario precisó que se valorará si los lotes vuelven a ser rematados. Pero indicó que también se asimilará de qué manera más adecuada se deben tener con los bienes provenientes del mundo del delito.

Si bien en la convocatoria los funcionarios fueron prudente al revelar de dónde eran los bienes, no tardó en trascender que en su mayoría le pertenecía a Esteban Alvarado, uno de los capos narcos más encumbrados de la ciudad que hoy desde la cárcel escucha cada mañana la audiencia desde el Centro de Justicia Penal, donde se lo está juzgando por varios delitos.

Para Somaglia, la revelación acerca de la titularidad del dominio puede haber desalentado la participación. Emerge allí tanto una cuestión simbólica que opera como estigma pero también, de seguridad; que estas propiedades puedan ser baleadas por rivales del capo narco o puedan ser tomadas también como prendas en la pelea territorial.