Este lunes la comunidad del Jardín de Infantes nº 232, ubicado en la zona noroeste de la ciudad, se encontró con un panorama cuya comunidad describe como "devastador". Las salas, la dirección, los baños, dan cuenta de un nuevo robo en la institución, el cuarto en apenas diez días.

Este martes al mediodía docentes, estudiantes y padres de la escuela harán un abrazo simbólico al establecimiento para hacer visible esa difícil situación y exigir protección a las autoridades. 

En diálogo con Rosarioplus.com Marcela Giorgietti, docente del jardín ubicado sobre la avenida Casiano Casas al 1000, en la intersección con la calle Del Carril, contó la situación de alerta en la que viven y la cada vez más dificultosa tarea que lleva adelante al tener que enfrentarse con una nueva falta cada semana. 

La lista de lo robado en apenas diez días es extensa. "Empezaron llevándose las chapas del techo de una salita, luego fueron por las puertas de los baños, los reflectores del frente de la escuela y hoy nos encontramos con que se llevaron computadoras, instrumentos musicales, ventiladores", detalló la docente. "La impresión que nos da es que se fueron cebando. Vieron que era fácil ingresar, que no hubo respuesta de las autoridades y arremetieron por más", conjeturó. 

Durante la semana pasada las docentes habían intuido que esto podía llegar a pasar, por lo que ante la falta de respuesta por parte de la policía y del ministerio de Educación, iniciaron las averiguaciones para la instalación por sus propios medios de una alarma, Este lunes se iba a colocar pero no llegaron a tiempo. "Son dos mil pesos al mes que nos cuesta un montón recaudar y que podrían destinarse a la compra de material didáctico, pero no nos queda otra opción para resguardar lo poco que se tiene", explicó. 

"Más allá de la pérdida material que es importante, en esas computadoras estaba toda la información de los chicos, los proyectos institucionales, los sistemas operativos del ministerio de educación para cargar la información administrativa. Todo eso es tiempo y mucho esfuerzo puesto ahí que ahora se perdió", lamentó Marcela.

"Sentimos que no les podemos ofrecer un espacio de contención y cuidado a los chicos. Si hasta las puertas del baño se llevaron, cómo vamos a resguardar su intimidad", se preguntó.

"Estas situaciones hacen que muchas veces sintamos que la estamos remando en dulce de leche. Cómo le decimos a nuestros estudiantes que tienen que seguir, para qué, si vuelven a su casa y ven a sus papás sin trabajo y hasta a la escuela que es su espacio de educación y contención la ven diezmada, atacada. Queremos que el establecimiento sea abierto a la comunidad, pero ante estos ataques cada vez nos vemos más rodeados de rejas y nos encerramos cada vez más. Es muy difícil para nosotros", concluyó.

Este martes a las 12.15 la comunidad educativa realizará un abrazo simbólico al establecimiento reclamando seguridad y manifestando el apoyo a la labor que diariamente realizan los docentes de la institución.