Un tribunal condenó este viernes a la pena de prisión perpetua a un joven de 28 años como el autor del estremecedor asesinato de los hermanos Agustina y Javier Ponisio, ocurrido el 16 de octubre de 2015 en una casa de barrio Saladillo.

Las víctimas tenían 26 y 28 años, hijos de una familia conocida en el barrio. Y su homicida, Javier Hernán Pino, era un allegado a esta. Los jueces Gonzalo López Quintana, Juan Dónnola y Patricia Bilotta consideraron comprobado que Pino ingresó a la casa de los Ponisio, en calle Castro Barros al 5500, con confianza que ellos le prodigaban en base a una amistad. Pero él disparó y remató a los hermanos, y les robó dinero y pertenencias para luego escapar en su Fiat Siena gris, aquella mañana primaveral.

Aunque se dio a la fuga y se refugió en la provincia de Santiago del Estero, la policía lo encontró una semana después del asesinato. Y resultó implicado en otro crimen ocurrido en la ciudad de Salta.

En la investigación se comprobó que el delito  contra los hermanos Ponisio fue perpetrado con su arma, que también empleó en otros dos asesinatos: el 16 de febrero de aquel año en Capital Federal ingresó en un supermercado chino, robó dinero en efectivo y le disparó a su propietaria, Ni Qui Fu de 40 años, provocando su muerte, y el 14 de abril también en Buenos Aires, se encontró el cuerpo de Claudia Marcela Sosa, de 32 años, en su vivienda y se comprobó que Pino la había ultimado una semana antes.

El fiscal Florentino Malaponte, de la Unidad de Homicidios Dolosos, imputó a Pino por los delitos de “homicidio criminis causa agravado por el uso de arma de fuego en concurso real (por dos hechos)”, sumado al robo y portación de arma de guerra. Esa figura refiere al asesinato cometido para evitar que la víctima reconozca al victimario.

Los jueces de Primera Instancia homologaron el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y condenaron al hombre a la pena de prisión perpetua tras considerar probado que es el responsable de los delitos mencionados.

En un principio el caso tuvo en la mira a otro hombre, un colectivero de la línea 142, que había estado vinculado sentimentalmente con Agustina Ponisio. Sabiéndose implicado por allegados y vecinos, el hombre se acercó a la fiscalía al poco tiempo, brindó testimonio, y fue luego desvinculado del hecho.

Un asesino acumulador de condenas perpetuas

Pino ya fue condenado este año a prisión perpetua por un Tribunal de la localidad de Metán de la provincia de Salta, tras haber probado que fue penalmente responsable del delito de homicidio críminis causa en calidad de autor por el asesinato de un empleado de una estación de servicios en la localidad de El Galpón, en la provincia de Salta. Ese hecho había ocurrido el 13 de julio de 2015 cuando el hombre ingresó, robó la recaudación del local y le disparó a Ariel Fernando Ríos de 28 años, provocándole la muerte. Tres meses después, asesinó a los hermanos Ponisio.