Mario Gambacorta, titular de la Fiscalía Federal n° 2 de Rosario, solicitó que se lleve a juicio a seis imputados por elaboración y distribución de estupefacientes en Rosario. La banda, que actuó por un corto período entre 2013 y 2014, contaba con la colaboración de un Policía de Santa Fe, encargado de habilitar pasos seguros al resto de los integrantes. La investigación también permitió descubrir que el mismo agente, llamado Germán Matías Almirón, planeaba un atentado contra Antonio Bonfatti, que por aquel entonces era gobernador de la provincia.

La investigación, cuyo expediente se inició en 2013, estuvo a cargo de la División de Operaciones Federales de la Policía Federal Argentina. A través de la misma se pudo conocer que la banda, además de operar en Rosario, tenía una pata en la provincia de Salta. Mediante escuchas se conoció que quienes encabezaban la organización eran Julio César Feldkircher y Reina Isabel Quevedo. El hombre presuntamente era el encargado de la distribución dentro de Rosario, mientras que la mujer estaba vinculada a presuntos proveedores en el norte del país.

De hecho, en la localidad salteña de Metán, tras requisas y allanamientos, fueron detenidas Quevedo y otras tres personas que se encontraban en posesión de 80 panes de cocaína máxima pureza ocultos en el doble fondo del baúl de una camioneta, en la que además había dos armas de fuego listas para usar. En otros allanamientos se incautaron más de 70 botellas con precursores químicos y elementos para la producción, fraccionamiento y sustancias de corte, además de cocaína desconcentrada y más armas y municiones. 

El trabajo de investigación permitió dar con comunicaciones entre Almirón y el resto de la banda. El imputado suministraba a Feldkircher la información necesaria para desarrollar la comercialización sin riesgos, pero también se supo que planeaba un posible atentado contra Bonfatti.

Desde el Ministerio Público Fiscal se informó que con todos los elementos probatorios sobre la mesa el fiscal Gambacorta solicitó la elevación a juicio endilgando a Quevedo y Feldkircher la figura de delito de tráfico de estupefacientes en las modalidades de transporte, preparación y comercialización de sustancias, agravadas por cometerse con la concurrencia de tres o más personas organizadas a tal fin, ambos en carácter de organizadores y coautores. En tanto, Palomeque, Galarza y Barbora Vergara fueron responsabilizados por el delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte de tales sustancias, agravado por haberse cometido con la concurrencia de tres o más personas organizadas a tal fin, en calidad de coautores.

Almirón fue calificado por el delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio de tales sustancias, doblemente agravado por haberse cometido con la concurrencia de tres o más personas organizadas a tal fin y por su condición de funcionario policial.