Una organización narco que operaba con base en Rosario y desde la Unidad Penitenciaria N°11 de Piñero fue desbaratada a partir de una investigación a cargo de la Fiscalía Federal N°3 de esta ciudad. Luego de que la Policía Federal interceptara una transacción importante de cocaína y más de diez allanamientos, seis personas fueron detenidas en las últimas horas. Como resultado, además, se secuestraron 15,5 kilos de ese estupefaciente, casi 5,3 millones de pesos y 110 mil dólares.

La causa se inició a partir de una denuncia recibida en la División Antidrogas Rosario de la Policía Federal que tomó la fiscal Adriana Saccone. De allí surgieron algunos nombres y apodos, líneas telefónicas y roles: desde quienes comercializaban la droga al menudeo hasta quiénes proveían el material estupefaciente a la banda.

Se determinó, por ejemplo, que una de las personas que aparece como proveedor de la droga actualmente está procesado con prisión preventiva por el delito de comercio de estupefacientes agravado. La compulsa en una de sus redes sociales e intervenciones telefónicas permitieron arrojar mayores precisiones respecto de cómo funcionaría la organización.

A modo de síntesis, se detectó la comercialización de estupefacientes en gran escala por parte de una organización que respondería a un sujeto privado de su libertad, que a su vez contaría con un colaborador externo quien –siguiendo sus directivas- sería el encargado tanto de mantener trato con quienes los abastecerían de material estupefaciente como de proveer y cobrarles a los encargados de revender la mercancía al menudo. Algunos miembros del eslabón inferior de la cadena narco también lograron ser identificados y vistos incluso en maniobras de “pasamanos”.

Detenidos en plena venta

A raíz de las escuchas telefónicas, se detectó el martes pasado, 5 de noviembre, un posible encuentro para la compra-venta de material estupefaciente en la intersección de Amenábar y bulevar Avellaneda. Los federales montaron un seguimiento de las personas espiadas y así llegaron a detener a cuatro en el momento en que cambiaban la cocaína por dinero. 

Esa intervención desató el resto de los allanamientos. Se secuestraron siete paquetes blancos –tipo ladrillo, con un peso de 7.106 gramos- con un logo en bajo relieve de una corona, forma en la que se suele identificar al clorhidrato de cocaína de máxima pureza, lo que llevó a la fuerza interviniente a denominar el caso como “Coronas Blancas”. Además, se secuestraron teléfonos celulares; en uno de los autos se encontraron más de 2.250.000 pesos y en otro, 750.400.

Mientras este operativo se estaba desarrollando, se observó pasar una camioneta Amarok que estaba identificada en la investigación, por lo que tras una breve persecución se logró detenerla e identificar a sus ocupantes. Entre los mismos se encontraba quien conforme a la pesquisa era uno de los principales proveedores de cocaína de la organización.

Los allanamientos    

Con los elementos reunidos y el procedimiento realizado, desde el Ministerio Público Fiscal se solicitó una decena de allanamientos, por tener un estado de sospecha suficiente para afirmar la existencia de una organización delictiva vinculada con la narcocriminalidad.

Los procedimientos se dieron en distintos domicilios de las ciudades de Rosario y de Funes, e incluso, en dos celdas de la Unidad N°11 de Piñero. El resultado fue el secuestro de importante cantidad de dinero en pesos y dólares, una detenida, casi 8,5 kilos de cocaína, y distintos elementos de interés para la causa como teléfonos celulares, chips telefónicos, balas calibre 22, papeles y cuadernos con anotaciones, dos balanzas de precisión, entre otras. Este jueves por la tarde, en tanto, fue detenido uno de los investigados –que no había sido hallado en su vivienda- en una estación de servicio.