Tras los anuncios en materia de seguridad brindados este martes por parte del ministro Aníbal Fernández, representantes de las vecinales rosarinas opinaron sobre si estas decisiones políticas serán de alcance y mejorarán la situación de violencia que viven algunos de los barrios rosarinos. El panorama general es de escepticismo.

Melina Herrero de la Vecinal Maradona, en la zona de la terminal de ómnibus Mariano Moreno, recordó a Rosarioplus.com que desde el año 2013 se vienen realizando operativos con fuerzas federales, que siguen los anuncios de los desembarcos y la solución no llega. Lo positivo, mencionó, es que “disminuyen las balaceras durante un tiempo" pero luego "se vuelve a lo mismo”.

“La realidad es que durante estos años las bandas más importantes fueron detenidas y juzgadas por el gobierno provincial y las únicas medidas de fondo tendientes a cambiar el caldo de cultivo del narcotráfico, el hambre, la marginalidad, la pobreza extrema, la desnutrición, fueron abordadas desde la provincia con el Plan Abre, Nueva Oportunidad y otras, pero con la asunción del nuevo gobernador, en diciembre de 2019, todos esos planes fueron dejados de lado, como así también la promesa de paz y orden”, manifestó la vecinalista.

Luego dijo que el presidente  Alberto Fernández en su última visita a Rosario, hace exactamente un año, “prometió 3000 millones para seguridad, además que la Legislatura aprobó otros 6000 millones también para seguridad y la realidad es que no vemos más móviles en las calles, no hay caminantes, no hay cámaras, no hay alarmas”.

“Nos indignamos porque sabemos que el dinero está y no se ejecuta lo presupuestado, es el dinero que debería haber sido destinado a proteger al pueblo. Cuestión electoral de por medio llegan los federales pero es sólo un parche, una medida que se aplica cuando las papas queman”, señaló Herrero.

Desde el grupo de Vecinales Unidas que Herrero coordina le pidieron al ministro de Seguridad santafesino Jorge Lagna que los reciba. Entre otras cosas van a presentar una nota firmada por todas la vecinales del grupo -más de treinta- donde reclamarán acciones de fondo y no medidas paliativas. “Lo que estamos viviendo es grave. Pedimos al gobierno nacional y provincial que convoquen a todos los sectores políticos y sociales a llevar adelante un plan de seguridad como política de estado”, remarcó la vecinalista.

El sur caliente

Por otra parte desde la vecinal Barrio Acindar en el extremo sur, una de las zonas calientes de la ciudad, su presidenta Carmen Arregui dijo a este medio que la situación que se vive es preocupante, que por las noches se sienten ruidos de personas caminando por los techos del vecindario que intentan ingresar a las casas para “llevarse lo que pueden”. En ese mismo tono admitió que nada cambio y los arrebatos en las paradas de colectivos siguen siendo frecuentes. Si bien el municipio invirtió en iluminación con lámparas led y la puesta de cámaras y alarmas costeadas por los vecinos, pero “no pasa nada”.

“Las cámaras al final nos sirven para saber quién nos robó, además la gente no quiere ir a denunciar porque después no se llega a ninguna parte, no les cree a la policía”, relató Arregui.    

Entre las acciones llevadas a cabo, la mujer de Barrio Acindar precisó que hace pocos días mantuvieron una reunión con autoridades de Seguridad de la provincia, además de encuentros con funcionarios municipales y la policía, y que les pidieron mayor patrullaje y control vehicular.

En cuanto a arribo de más fuerzas federales, fue contundente: “No va alcanzar, esto es como tener esperanza en un superhéroe que viene a acomodar las cosas ¿cuánto tiempo van a estar acá?, pueden poner 500, 1.000 gendarmes, pero si no hay una política de estado no va a funcionar”.

Arregui no quiere bajar los brazos, pero sostuvo que la situación es desgastante, además  denunció que los narcos ganaron territorio y en algunas barriadas rosarinas son ellos ahora quienes funcionan como usureros prestando plata a gente que por variadas razones lo necesita. “Te dicen que la caja chica está en el barrio, pero la grande está en Puerto Norte”, afirmó.

En relación a la problemática expuesta, la referente criticó algunas medidas de actual gobierno provincial, como quitar el Buzón de la Vida, donde muchas personas se animaban a denunciar a los narcos de manera anónima. “Hicieron un estudio sobre esa herramienta y dijeron que no servía, nos cortan los pies y las manos, no podemos hacer nada”, remarcó.

En el oeste todo suena a poco

Desde la centenaria Vecinal Azcuénaga, en la zona oeste de Rosario, su representante Betty Pinilla saludó la iniciativa con la llegada de una nueva partida de fuerzas federales, pero dijo que lo ve insuficiente y que es necesario mayor despliegue. De la misma forma en clara coincidencia con sus pares vecinalistas adujo que las medidas tomadas hasta el momento no fueron satisfactorias porque “los resultados a la vista demuestran otra cosa con la alarmante cantidad de muertos de todos los días”.

Sobre la realidad que vive en ese margen de la zona oeste rosarina, indicó que no difiere mucho de lo que sucede en otras barriadas, “hay arrebatos y entraderas, principalmente en las calles internas del barrio, divididas por la calle Mendoza, arteria comercial de la zona”, que según Pinilla, ahora también comenzaron a verse delitos, uno de ellos el de las inefables mecheras y la llegada de las balaceras a una zona en la que ese tipo de hechos no eran comunes.