El titular del Servicio Penitenciario provincial, Walter Gálvez, reveló que se vienen realizando numerosas razzias en busca de equipos de comunicación en las cárceles de Coronda y de Piñero. "En total, ya encontramos 4.635 celulares en las requisas, 1.452 en (la Unidad Penitenciaria N° 11, de) Piñero. Entran de diferentes formas, con las visitas de los familiares, pero también con la complicidad de nuestro personal", admitió el funcionario, en diálogo con LT2.

Cabe recordar que en la sentencia a "Guille" Cantero y otros seis imputados la última semana, se confirmó que los delitos que se llevaron a juicio, balaceras contra el Poder Judicial, habían sido instigados desde la cárcel por el líder de Los Monos. Y en muchos de las causas que se investigan actualmente en Rosario, por homicidios, la orden emana desde una prisión. El promedio de teléfonos incautados que confirmó Gálvez, es en este marco, aterrador: más de 500 celulares por mes se encontraron en 2021.

"Hace 15 o 20 días que venimos siendo amenazados e intimidados, por atacar el tema de los celulares. Han llegado mensajes y llamadas. Este fin de semana, un llamado telefónico anónimo enardecido que nos hablaba de una persona presa a la que le habíamos sacado el teléfono en la cárcel. Vamos a seguir en esta línea, más allá de las presiones, porque además el gobernador Perotti nos pide que vayamos a fondo", dijo Gálvez.

"En Piñero, en los pabellones 25, 26, 27 y 28, que son de perfil alto, un fiscal requisó y no encontró celulares. Ese es un buen dato, porque significa que está funcionando nuestro trabajo. Una semana antes, habíamos detectado que cinco teléfonos estaban ingresando escondidos en tachos de pintura al 28. Si entraban, podría haber sido un desastre", añadió el funcionario.

"El celular no llega caído del cielo. Entra por una requisa mal hecha, en partes íntimas de algún familiar o por un profesional que hace una visita", indicó Gálvez. Enseguida se le consultó por la imputación que hizo esta misma semana el fiscal Pablo Socca contra 16 integrantes de una narcobanda con actividad en barrio Godoy y órdenes delictivas que se comprobó emanaban desde la cárcel de Piñero, inclusive en plena cuarentena en 2020, cuando no se permitían visitas, lo que supone complicidad de los agentes del  Servicio Penitenciario: "Y... los que ingresaban en ese momento eran empleados nuestros y profesionales. Dos más dos, es cuatro", reflexionó.

"Por eso hemos pasado a disponibilidad a varios empleados y ajustado los controles. Hace pocos días encontramos dos empleados 'mirando para otro lado' y los suspendimos. Un detenido no puede tener un celular en la cárcel. Sólo está permitido un teléfono fijo, en un pabellón e intervenido. Esto que hacemos, irá a fondo y no es gratis. Por eso nos amenazan a nosotros y a los fiscales. Muchas veces los celulares que encontramos, permiten avanzar con investigaciones. Otras veces están destruidos. El otro día en Piñero, aparecieron en una bajada inutilizada de agua, treinta teléfonos que ya estaban inutilizables. En Coronda el fin de semana, cuando se hicieron esos 84 allanamientos con fuerzas federales, varios fueron en busca de teléfonos en las celdas y también aparecieron", afirmó.