"La forma que el tiene de convencer a los pibitos es regalándoles zapatillas. Los convence para que después terminen soldadeando para él. Tiene más de 15 pibitos, la mayoría menores de edad, que tiran tiros para el. También venden para él", señaló un testigo de identidad reservada a la justicia provincial. Su testimonio se ventiló hoy, en el Centro de Justicia Penal, en el comienzo de la audiencia imputativa contra un grupo que ejecutó extorsiones, balaceras y homicidios durante el último año en los barrios Empalme Graneros, Ludueña y Larrea, que de la mano de los enfrentamientos entre bandas se ha convertido en el último tiempo en las zonas de Rosario con más delitos violentos. La organización a la que imputó el fiscal Pablo Socca estaba liderada por dos detenidos en la cárcel de Piñero. Y fuera de la prisión tenía a Mauro Gerez como "jefe de soldaditos".

"La organización criminal procuró ocupar y dominar sectores y barrios de Rosario -principalmente Ludueña y Empalme Graneros- y excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas. Para llevar a cabo su objetivo, los integrantes de la asociación cometieron sistemáticamente diversos delitos, entre otros: homicidios, amenazas, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego, venta ilegal de estupefacientes y casi 40 extorsiones, algunas seguidas de “balaceras” a comerciantes y otros habitantes de barrio Ludueña y Empalme Graneros", planteó la acusación de Socca.

La audiencia comenzó a las 9 de la mañana y pasó durante la tarde a un cuarto intermedio hasta el viernes, por lo extenso de los hechos que se imputaron. Para el fiscal, Gerez "es el jefe de sicarios y uno de los integrantes más importantes dentro de la estructura criminal. Es una de las personas de confianza de los líderes de la organización, los llamados Andy Benitez y Julián Aguirre".

El mismo Socca señaló que Gerez, detenido la última semana en Ludueña en un importante operativo, "se encarga en algunas oportunidades personalmente de concretar atentados contra la vida, contra la integridad física de las personas o contra viviendas, extorsiones o usurpaciones que le encargan los lideres de la banda, siempre con el uso de armas de fuego y otras veces organizando la logística de cada uno de los ilícitos. Y aprovechando su condición de referente criminal en Barrio Ludueña se encarga de reclutar nuevos 'soldaditos' y encomienda a otros integrantes de la asociación -algunos de ellos menores de edad- que participen o cometan de propia mano los delitos objeto de esta organización".